Historias lacrimógenas

Pekín 2008 - La Crónica de la jornada

Tributo plateado de Llaneras, el mejor español en los Juegos, y Tauler al fallecido Gálvez · El triatlón lamenta la cuarta plaza de Javier Gómez Noya · Lloran Pestano, Montaner y las niñas del baloncesto

Llaneras y Tauler saludan en el podio tras recibir la medalla de plata.
Llaneras y Tauler saludan en el podio tras recibir la medalla de plata.
Juan De La Huerga

20 de agosto 2008 - 05:02

Del gorro de látex de Phelps al casco de plástico policarbonato de Llaneras. Ídolos ambos con distinta repercusión. Ya se marchó el nadador con un hito mundial a sus espaldas y puede hacerlo cuando quiera el ciclista con otra hazaña a cuestas. Ser el deportista español más laureado en unos Juegos Olímpicos. Fue una jornada lacrimógena para la delegación hispana. Llantina a todo trapo. En el caso del balear, de pura felicidad. Chicarrón veteranísimo de 39 años, se va por la puerta grande, con cuatro medallas olímpicas: dos oros y dos platas. ¿Quién da más? Nadie. Repetimos: nadie.

Es la historia de Llaneras, de sus gestas y de la simbología de una medalla, la plata de ayer, con tributo incluido, con intrahistoria sobre la pareja que también se colgó el metal, sobre su retirada... Isaac Gálvez estuvo en su recuerdo cuando ganó el oro en puntuación y ¿cómo no iba a estarlo cuando subió al segundo cajón del podio en la prueba que ellos dos compartían? Hace dos años falleció en un velódromo, con Llaneras codo con codo, Gálvez, un tipo que combinaba la ruta y la pista, con Illes Balears en la carretera y con Llaneras en el trazado ovalado. Murió con las botas puestas y su amigo le debía un homenaje. Dos. Oro y plata.

Llaneras, enhiesto en el podio y encorvado sobre la biela, estuvo preparando la prueba americana o madison con Carles Torrent. Lesionado el catalán hace unos meses, tomó el relevo Toni Tauler, otro rodador sobre el alquitrán antes que en la pista y un advenedizo en estas cuitas. También balear, ha sido la media naranja de Llaneras en esta travesía hacia el éxito. Con el oro a las puertas, la plata fue un dulce premio con especial dedicatoria a Gálvez, con quien en espíritu celebraron, beodos o sobrios, la alegría de Pekín.

Ojos húmedos en otra disciplina con bici por medio. Ojos llorosos para Javier Gómez Noya. Gallego de Basilea, luchaba él solito en el triatlón contra el Imperio Austro húngaro, frente a atletas de un sinfín de nacionalidades cuyo único objetivo era que el mejor, el dominador de las Copas del Mundo, el favorito con muchas cabezas de ventaja, fuera destruido. Incluso su paisano Iván Raña estaba en el bando contrario. Sin estrategias de equipo. Tonto el último: a nado, en pedales o en la carrera a pie. Que reviente el número uno del ranking mundial.

Reventó. Murió acariciando el podio, viendo esprintar a los tres que estaban con el grupo, echándose la mano al costado, frenado por el dolor. Medalla de chocolate puro. Sinsabor en un deporte en el que era imposible fallar, si es que errar es sinónimo de acabar cuarto. Raña, descolgado 20-30 metros durante varios kilómetros, vio en asiento de primera el desenlace fatal. El otrora campeón peleaba con los mejores y su trabajo no se cuestiona. Gómez Noya sí deja un regusto a... chocolate amargo.

¿Qué le pasó, en el lanzamiento de disco, a Mario Pestano? Sólo él puede contestar. Noveno en disco a siete metros de su espléndida marca de hace tres semanas: 69,50. Con ese tiro, habría sido oro. Sin él, ni la calificación pasó. El canario, presa de los nervios o de quién sabe qué, vivió el marasmo en sus carnes del que siempre se ha acusado al deportista español en las competiciones de envergadura. Casañas, el segundo español en la jaula del Nido, sí participó con los mejores hasta el final para llevarse un buen diploma merced a su quinta plaza.

Otra bajo el mismo síndrome que Pestano: Concha Montaner. Tiene en sus piernas no sólo estar con la élite de la longitud, sino también arañar chapa alguna vez. Pero se atraganta. Un leve esguince hace unos días tuvo la culpa de que no accediera a la final. Decimosexta. Ya no sorprende, sí enfada un poco, la verdad. Lágrimas de coraje, impotencia. Para Pestano y para Montaner.

Hubo quien persiguió el podio con tanto ahínco que lo mínimo es decir chapeau. Existía competencia para Juan Carlos Higuero en los 1.500. El burgalés, muy atrás por el ritmo terrorífico de los africanos -Ramzi nació en Marruecos, aunque tenga visado de Bahréin-, sacó al final un meritorio sprint para escalar puestos hasta la quinta plaza. Llegó desfondado, sin aire pero quinto zafándose como un jabato.

Ahora bien, Odriozola, presidente de la RFEA, no sabrá dónde meterse al haberse caído la mayoría de sus previsiones de medalla (Paquillo, Marta Domínguez, Pestano, Higuero). Le queda algún as en la manga, pero no pinta oros en estos Juegos para el grupo español del atletismo.

Chilló Chilla, Mercedes, de alegría con su pase a la final de jabalina, la primera para la jerezana al no acceder a ella en Atenas, mientras que Jackson Quiñóñez sufrió fatiguitas para incrustarse en las semifinales de los 110 vallas.

A quien no le cae una lágrima por el rostro, ni siente ni padece, no importa que compita o esté tomando de pintxos de pulpo en su tierra, es a David Cal. Segunda vez que se echa al agua y segunda vez que accede a la final de forma directa. El piragüismo, con el gallego, promete. Le da igual que haga sol, sirimiri o rayos y truenos: compite. Si en la distancia de un kilómetro se paseó el día antes, en los 500 metros estaba quinto a mitad de recorrido. Resucitó. La cadencia de las paladas aumentó y los cuatro de delante fueron rebasados. Se libra de la semifinal.

También se ahorran un esfuerzo Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial, a la final de K-2 500. Tendrán reválida Portela, segundo puesto de peso en K-1, y Manchón-Molanes, en K-2.

Mucho pucheros protagonizaron las niñas del baloncesto. Rusia enfrente, potencia mundial, campeona europea que privó a España de la corona el año pasado, pero recién derrotada por las hispanas en su casa en un amistoso hace escasas fechas. Lamentarán las españolas desperdiciar el espectacular arranque, con un 12-30 a favor al inicio del segundo cuarto. En el tercero cazaron las rusas a las españolas; en el cuarto, las trituraron. Era el salvoconducto a las semifinales.

La sensación opuesta experimentó el equipo masculino de hockey masculino. Con un punto ante Corea del Sur estaba en semifinales y se llevó los tres en liza. Sólo un tanto recibió el cancerbero español: 2-1. En su discurrir al oro se planta en medio Australia.

Mengual rima con Nadal. Casi igual de fiable aunque con premios algo menores, la catalana y Fuentes sumarán la plata en dúos tras la rutina libre de ayer. Mengual, doblemente cuarta en Atenas, quiere vengarse con sendas segundas plazas en pareja y por equipos. Mejorada sincronía.

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