Gloria y venganza

Intención La República Checa desafía la hegemonía de España en la Copa Davis Condiciones Los españoles tendrán que superar a un rival herido en una pista ultrarrápida que poco les favorece

Gloria y venganza
Gloria y venganza
Ignacio Naya (Dpa) / Praga

16 de noviembre 2012 - 05:02

Sobre una pista ultrarrápida, con el apoyo de su gente y con el rival zarandeado, la República Checa desafiará a partir de hoy la hegemonía de España en la Copa Davis de tenis, donde los actuales campeones disputan su cuarta final en cinco años.

Liderados por Tomas Berdych y Radek Stepanek, los checos han preparado la edición número 100 de la final en las condiciones más hostiles para España, que aunque visita Praga sin su mejor hombre, Rafa Nadal, lesionado desde hace seis meses, sigue manteniendo un grupo muy competitivo.

Hace tres años, el equipo capitaneado por Jaroslav Navratil perdió la final ante España por 5-0 sobre la arcilla de Barcelona. En casa, los campeones llevan 13 años invictos. Con esos números, no es extraño que aspiren a su sexta Ensaladera en su séptima final en 12 años.

Sin embargo, la defensa del título no empezó de la mejor manera. La decisión del capitán español, Álex Corretja, de dejar fuera del equipo a Feliciano López en favor de Nicolás Almagro no sentó bien al jugador, que aceptó la orden pero admitió que no la entiende.

Los checos quieren lavar la afrenta del 5-0, pero sobre todo buscan la gloria que se les resiste desde hace 32 años, cuando aún bajo bandera de Checoslovaquia, ganaron su única Copa Davis.

Para eso han preparado la final a conciencia. El frío y la bruma que envuelven la romántica Praga deben convertirse en fuego dentro del O2 Arena, cuyas 14.100 localidades fueron agotadas en apenas nueve horas cuando se pusieron a la venta.

"En el tenis uno no tiene un sólo objetivo. También está ganar un Grand Slam. Pero hasta ahora es el momento más grandes de mi carrera, seguro", dijo ayer Berdych, número uno local, que hoy jugará en el segundo turno de los individuales ante Almagro.

Al equipo checo le habría gustado dejar quizá intacta la pista de hielo que suele utilizar el Slavia Praga de hockey para jugar sus partidos en el pabellón, pero se conformaron con una superficie que la Federación Internacional de Tenis (ITF) calificó de "medio-rápida" y que los españoles describieron como la más veloz de todo el año.

"La pista me pareció demasiado lenta. Por eso pusimos una capa más. Escogimos la superficie a nuestro gusto. Nada de arcilla", advirtió Stepanek, un hombre que, a punto de cumplir los 34 años, se considera de otra generación.

El que fuera número ocho del mundo, el checo, es un jugador que concede muy poco ritmo, un jugador de ataque, agresivo, puro temperamento, líder del equipo pese a estar el 37 del ranking. De sus maltrechas rodillas depende en gran parte la suerte de República Checa.

Tanto él como Berdych, que llega a la serie como número seis del mundo, han jugado todos los puntos decisivos en la Davis. Como pareja de dobles, tienen un magnífico récord de 11 partidos ganados de 12 jugados. El capitán español, Álex Corretja, asegura que los checos son "favoritos", pero vestirse con piel de cordero es táctica habitual en estas lides.

España sólo ha ganado una final fuera de casa, pero lo hizo en circunstancias muy similares a las actuales, incluso peores. Su victoria en 2008 en Mar del Plata ante Argentina, bajo techo, en pista rápida y sin Nadal fue épica.

En esta ocasión, David Ferrer llega en su mejor momento, con siete títulos en un año, como número cinco del mundo y tras ganar su primer Masters 1.000.

"Es la mejor temporada de mi carrera. Y espero ganar la Davis para terminar perfecto el año", advirtió el número uno español, que abrirá la final mañana enfrentándose a Stepanek.

El dobles armado por Marc López y Marcel Granollers se ha convertido en apenas una temporada en uno de los mejores del mundo, consagrándose el lunes como campeones del Masters de Londres.

Almagro es en los análisis previos quizá la pata más débil de la mesa, pero su compromiso con el equipo le dio un lugar en la final y una oportunidad única. Tiene, además, cuentas pendientes con Berdych.

El checo se siente ante el momento más importante de su carrera: "En el tenis uno no tiene un solo objetivo. También está ganar un Grand Slam. Pero hasta el momento éste es el más grande de mi carrera, seguro". Berdych comentó que "en la Davis empezamos de cero. El historial no importa. Y en la final aún más. Espero un partido muy duro". En comparación con la dura derrota en la final ante España en 2009, el checo apuntó que "ahora el ambiente va a ser totalmente diferente. Jugamos ante nuestro público. Siempre digo que la afición es una parte no oficial del equipo. Siempre nos apoya. Se disfruta jugando ante un público así", advirtió el número seis del mundo.

Ferrer estrecha la mano de

Stepanek, con la Ensaladera

de ganador a sus espaldas.

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