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'Gallina en piel' por Johan Cruyff

El destino quiso que el primer partido del Barcelona tras el fallecimiento del holandés Johan Cruyff coincidiera con un clásico en el Camp Nou, que se engalanó para despedir a lo grande al profeta que, a través de su amor por el balón, convirtió al azulgrana en un equipo ganador.

El balón fue, sin duda, el mejor homenaje a Cruyff, pero la entidad presidida por Josep Maria Bartomeu preparó múltiples actos para recordar la figura de su exjugador y exentrenador fallecido el pasado 24 de marzo como consecuencia de un cáncer de pulmón. No faltó un mosaico de 90.000 cartulinas con un inmenso "Gràcies, Johan" ("Gracias, Johan") y una camiseta azulgrana con el dorsal 14 que ocuparon uno de los laterales del estadio.

Un lema que no sólo lucieron los jugadores del equipo azulgrana en el pecho de la camiseta en lugar del escudo de campeones del mundo, sino también un grupo de 22 niños que, antes del silbido inicial, acompañaron a los jugadores hasta al centro del tapete del Camp Nou, momentos antes del minuto de silencio.

Pero antes de que saltaran los jugadores se vivió el gran momento de la noche. En los marcadores del Camp Nou se emitió un emotivo vídeo conmemorativo en el que muchos de los jugadores que militaron en el Dream Team repasaban algunas de las frases más célebres del que fuera su entrenador.

Mientras, en el palco de autoridades, los ocho presidentes vivos del Barcelona presenciaban el homenaje, una imagen insólita que sólo ha conseguido el padre del Barcelona contemporáneo. Joan Laporta, Joan Gaspart, Raimon Carrasco, Agustí Montal, José Luis Núñez, Enric Reyna y Sandro Rosell se situaron, por este orden, en la segunda fila del palco.

Después en el minuto 14 hubo un aplauso generalizado de todo el estadio. El Barcelona organizó un homenaje a la altura de la leyenda. Como diría Johan: 'Gallina de piel'.

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