La premisa es borrar el recuerdo, si es que eso es posible. La imagen del Cartaya despidiendo la Liga anterior fue dantesca, no solo porque confirmaba el descenso sino por la imagen, la impotencia, las expulsiones. Luego ya saben lo que pasó, amnistía, como consecuencia de la reforma de la categoría. Ese indulto debe poner en sobre aviso al conjunto rojinegro. No puede cometer los errores del pasado, a partir de ahí, como dicen, vida nueva, aunque si hablamos de actores, muchos siguen, luego tienen una segunda oportunidad.

El resultado de aquel fatídico último partido lo sigue pagando el Cartaya a día de hoy. Ulloa, Novoa, Miguel Fernández y Lolo no podrán vestirse de corto. Los tres primeros tienen un partido de sanción, Lolo, seis, casi nada.

El caso es que el Cartaya visita a uno de los gallos, el Ciudad de Lucena y el equipo que presente Limón, que vuelve, en la primera jornada no tendrá nada que ver con el debut en casa a la semana siguiente. Luego arranca con recomposición y dolores de cabeza para armar un once que presente batalla a uno de los grandes favoritos para animar la Liga por la parte de la nobleza.

El Ciudad de Lucena es el eterno candidato al ascenso. Siempre lo intenta y en los últimos tiempos siempre se ha quedado en la orilla. Su afán por crecer está fuera de toda duda. Por lo tanto, su plantilla, con el onubense Ale Limón en ella, se formatea cada verano pensando en el mismo objetivo de siempre, el ascenso.

Ese es el rival que se va a encontrar el Cartaya, predispuesto a llevar iniciativa y apoderarse de la pelota. A los equipos de Limón nunca les ha importado en exceso tener el balón en posesiones infinitas. El míster es apostador de un formato más comedido. Defender bien y aprovechar lo que se presente arriba. Pero esencialmente, mantener la portería a cero.

Así el asunto y teniendo en cuenta los imponderables, el once del Cartaya podría asemejarse al formado por Ángel en portería, Manuel, Lagos, Franci Ruiz y Paco Benítez en defensa, con Asuero, Galán, Iván y Tavira en el centro de campo con Pola y Fran Palma en la punta del ataque.

La confección de la plantilla del Cartaya ha estado muy marcada por las posibilidades económicas, escasas por otra parte, por lo que, a falta de grandes figuras de la categoría, toca hacerse fuerte a través de formar equipo, del colectivo.

El objetivo, ni que decir tiene, es la permanencia. Y en Lucena comienza el camino. Es un gallo en toda regla y las bajas rojinegras son sustanciales. Pero el fútbol tiene cosas impredecibles y a eso se agarra el conjunto de Limón.