La Copa del Rey se marcha para Hungría. Attila Balazs se impuso a Ricardo Ojeda Lara en una final equilibrada y de nivel que se resolvió en un apasionante tercer set.

El primer set fue de control del húngaro, que fue madurando a su rival, defendiendo bien su servicio y golpeando a Ojeda Lara para romper el servicio con el 4-2. A partir de ese momento le valió con defender su saque para liquidar el primer asalto de la final por un cómodo 6-3.

Gran ambiente en una pista central del Recreativo de tenis prácticamente llena

Parecía que la Copa del Rey hablaría acento magiar. Ojeda Lara se vio a remolque durante todo el primer set. Sin embargo la reacción del portuense en el segundo fue tan inesperada que su rival se vio mentalmente superado. Al buen juego de Ojeda Lara se sumó que Balazs se fue del partido, más pendiente de lamentar errores o de reclamar bolas dudosas que de centrarse en el choque. Su rival se aprovechó para endosarle un contundente 1-6 que devolvió las tablas al marcador en apenas media hora de juego.

El numeroso público asistente a la final de la Copa del Rey de tenis había visto dos caras bien distintas de Attila Balazs. La duda en el decisivo asalto radicaba precisamente en saber qué oponente se iba a encontrar Ojeda Lara.

El magiar se recuperó para meterse de nuevo el duelo. Se volvió a concentrar y recuperó la fortaleza mental suficiente. Ojeda Lara se vino arriba con la igualada. Los dos tenistas ofrecieron la mejor versión de su juego en un último set que fue en sí mismo una final en formato reducido del partido.

El equilibrio y el intercambio de buenos golpes regaló un tenis de nivel a los aficionados, que disfrutaron con una final digna del torneo. Balazs se volvió a marchar en el marcador ante un Ojeda Lara contestón que se metió en el partido para pelearle el título hasta el último instante. La exigencia llevó a Balazs al 7-5 en el set final con el que pudo alzar la Copa del Rey.