Si algo tiene el partido de curiosidad es que se citan dos equipos que durante buena parte de la Liga las pasaron canutas. Hubo un tiempo en el que compartieron la pena de los puestos de descenso. Todo ha cambiado, más para el Cartaya, que suma 31 puntos y que tiene a tiro de objetivo la permanencia. Una victoria en Conil la certificaría virtualmente. Por los locales, con 25 puntos, se ponen ante un partido crucial para dejar definitivamente las preocupaciones. Luego deducimos que se miden dos rivales relativamente felices en comparación con hace unos meses. Y así, se espera un partido de apertura, de tomarse el asunto desde el punto de disfrutar y eso conllevaría a presenciar un buen espectáculo. Habría que preguntarle a Limón, poco dado a soltar la melena. Y le ha ido bien. Esa es la realidad.

En todo caso, el partido, como en casi todos a estas alturas, se carga de interés y de detalles. Recuerdo un partido, hace unas temporada, en las que el viento de Levante y el juego local se llevaron al Cartaya por delante. Se espera viento, dice la climatología, pero no tan virulento como aquella vez. Y hay que considerar que la moral rojinegra está muy fortalecida. Así que deduciremos que habrá batalla y a partir de ahí puede ocurrir cualquier cosa.