Decíamos en la previa que el partido reunía todas las condiciones para desatar una tormenta. Y así fue. Solo que durante mucho tiempo se invirtieron los papeles. El Bollullos amanecía en plan estelar, mandón y erguido. Su posición en la tabla lo determinaba. Además, con un modelo de fútbol muy diferente al del Cartaya, más vertical y menos hablador. Pues bien,  cuando se esperaba que el Cartaya cediese balón y campo para salir pitando, la presión alta planteada por Juanma Rodríguez se llevó por delante la finura condal, hasta el punto que los locales forzaron mil errores en la defensa visitante que acabó con un dos a cero para los rojinegros en apenas 15 minutos de juego. En el 3, Miguel Fernández, aprovechando la presión de Vargas marcó el primero con una hermosa vaselina que fue un culto al gol en toda regla. En el quince, otra vez con Diego Vargas atosigando a la defensa condal, asistió a Ulloa que marcó a placer.

Para entonces, nadie entendía nada. El Bollullos era un flan y el Cartaya un huracán difícil de contener. De hecho, en los primeros 45 minutos, apenas aparecieron los actores principales del conjunto de Mario, engullidos por el centro del campo local con estelar interpretación de Miguel Fernández, Ulloa y Juanma Galán, que se tragaron sin masticar a Kevin y Alberto Feria.

Así concluyó la primera parte, en estasis para los rojinegros, mientras que el Bollullos mascaba amargamente su pena, su nefasta puesta en escena. Por cierto, Juanma Rodríguez, ante la ausencia de Franci Ruiz, hizo debutar a Espuny y lo puso de central. El chico se marcó un partidazo marcando a Lobo y limpiando toda la zona de cobertura con el resto.

La segunda parte fue otra historia. En la madurez del partido, conforme pasaban los minutos, el Cartaya fue aculando y Kevin se apoderó del escenario de una forma majestuosa, hasta el extremo de impulsar él solito a toda la tropa. Y así llegó el gol condal, a los 84 de juego, después de que Marco Montaño tuviera que lucirse y de que Gabarri perdiese un balón que nunca se debe perder en el centro del campo. De ahí al final fue un sufrimiento para el Cartaya. Porque el Bollullos se sintió con el empoderamiento necesario para pensar que el empate era posible. No llegó, pero pudo. El pitido final fue una liberación para el Cartaya, que se quedó con tres puntos de oro. Respecto al Bollullos, le quedó la satisfacción de haberlo intentado y la pena de que su reacción llegó tarde. En definitiva. Mereció la pena pagar la entrada. El derbi fue tan apasionante como incierto. Y eso engrandece el fútbol.

Ficha técnica

Cartaya: Marco, Novoa, Miguel Fernández (Toni Gabarri), Lolo (Fran Palma), Paco Benítez, Álvaro Espuny, Juanma Galán, Diego Vargas (Wojcik), Ulloa, Rubén Cabeza (Roberto Cornago), Pepe.

Bollullos: Maqueda, Caraballo, Clavijo, Alberto Feria (Dani Romero), Lucas Álvarez, Chama (Antonio Vega), Lobo, Sergio Rodríguez (Manu Romero), Alvi (Melo), Álvarez (Parra), Kevin.

Goles: 1-0 min.4 Miguel Fernández; 2-0 min.15 Ulloa; 2-1 min.84 Lobo;

Árbitro: Palomares Gutiérrez del colegio gaditano. Mostró cartulina amarilla por los locales a Novoa, Paco Benítez, Álvaro Espuny, Marco y Wojcik. Y por los visitantes a Melo, Manu Romero y Lobo.

Incidencias: Estadio Luís Rodríguez Salvador. Unos 400 espectadores.