Campeonato de Europa

El enigma de Carolina sigue intacto

  • La onubense derrota en octavos de final a De Visch Eijbergen por 21-12 y 21-11

  • Hoy se juega una plaza para semifinales contra Kjaersfeldt, a quien ha derrotado hasta nueve veces

Carolina Marín durante el partido disputado ayer.

Carolina Marín durante el partido disputado ayer. / EFE / EPA / Sergey Dolzhenko

No es de extrañar que las jugadoras europeas de bádminton piensen desde hace años que se ha colado en los cuadros por el campeonato una asiática. El escalón que existe entre Carolina Marín y el resto del continente es tan mayúsculo que cada vez que la onubense posa sus pies sobre el tapiz no hay estrategias que valgan para descifrar el enigma de la tetracampeona. La jugadora rival siempre tiene de margen hasta que a Carolina se le calienta la muñeca. Una vez que empieza el recital, se acaba el juego. Y lo peor –para quien tiene a la española al otro lado de la red– es que, habitualmente, cuando llega el clímax del juego, el resultado ya está en desequilibrio.

Este escenario es el que se le planteó ayer a la holandesa De Visch Eijbergen. Carolina cometió fallos al inicio de su compromiso de los octavos de final del europeo que se disputa en Kiev. Apenas tuvo cinco minutos la número 71 del mundo para ganarle terreno a la onubense, pero nunca lo llegó a hacer. Carolina tomó el mando del partido y ni siquiera estaba debajo en el marcador (5-5). Marín destapó las debilidades de su rival en el juego corto. Alargó puntos poniendo sobre la mesa su superioridad física y de resistencia. Y tiró de una calidad exquisita para hacer fácil lo difícil y seguir deshojando la margarita de cada partido. Con el 11-6 en el marcador, el descanso le sirvió a De Visch Eijbergen para cambiar su actitud sabiendo que tenía que arriesgar para agarrarse a un imposible. Y el problema para las rivales de Carolina reside justo ahí. Una vez que te la juegas, caes en su tela de araña. Europa lleva seis años intentando descifrar el enigma que propone la onubense como si fuera un cryptex. Y mientras lo pretenden el ritmo de juego aumenta y la prueba se endurece. Así cerró Carolina el primer parcial en 21-12.

Si ganar un partido a la onubense siendo europea es casi una utopía, remontar un set no aparece ni siquiera en las posibilidades, a juzgar por lo que se ve en los tapices. Aguantar tres mangas a la española con una corona europea al final del camino desvanece la motivación de la mayoría. Y eso se ve en los segundos sets de los partidos de Carolina. Con un parcial de 9-2 arrancó la onubense para llegar al descanso con un 11-5. Y jugar a remolque de la española es imposible. 13-6, 18-8 y 21-11 final. Y se acabó.

Carolina se enfrenta mañana en cuartos de final a la danesa Kjaersfeldt, vieja conocida a quien ha derrotado las 9 veces que se ha enfrentado. Tampoco es de extrañar que cuando aparece el nombre de Carolina en los cuadros de torneos plagados de jugadores asiáticas piensen que se ha colado una extraterrestre.

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