CARTAYA ROTA | CRÓNICA

Homenaje al fútbol

  • Cartaya y Rota igualan tras una segunda parte primorosa

  • El empate puede considerarse justo

Mario, durante el Cartaya-Olímpica de la actual campaña.

Mario, durante el Cartaya-Olímpica de la actual campaña. / Alberto Domínguez (Huelva)

A veces la vida te deja satisfecho aunque no ganes, lo que haces en la vida, más bien. Y hay partido en los que ocurre exactamente lo mismo. Puntualizamos el foco en el Cartaya, que empató a dos en casa ante el Rota y más que un partido pareció varios mundos en uno. Antes de nada hay que apuntar que el Rota no ganaba fuera de casa desde diciembre y que el Cartaya no conocía la victoria como local desde que arrancó el presente año. Llegados al pitido final, ambos continúan igual, aunque variantes de sensaciones.

El partido comenzó frío. El Rota al paso y el Cartaya a la espera, propuesta en la que se siente más cómodo. Así ganó en Pozoblanco y así se tomó los primeros compases, hasta bien entrada la primera parte. Puestos así los porteros eran meros espectadores. Justo hasta que el equipo de Limón robó un balón en la zona de partida del Rota, triangularon Lolo, Sebas y Pitu y este último batió a Jairo.

Pitu puso por delante al Cartaya en el ecuador de la primera mitad

A raíz de ahí el Rota se descompuso un tanto y el Cartaya se sintió como andando en las aguas. Era su momento, su sitio, su contenido y su idea. Por delante en el marcador y a la espera. Pero diez minutos más tarde, una falta sin aparente peligro, que por cierto fue repetida, originó un penalti claro de Mario, que no protestó, y Orihuela puso el empate. Fue un mazazo porque nada hacía presagiar que el Rota iba a conseguir la igualada. Y el empate vino acompañado de daños colaterales, porque si con el gol del Cartaya se quedó adormecido el Rota, el empate del conjunto gaditano provocó dormidera general de los onubenses, que encajaron el segundo a los 36 de juego. Jugada que nace desde la derecha del ataque del Rota, Parada marca diagonal y su chutazo con pierna izquierda limpió de telarañas la portería de Raúl Hernández, que fue titular por incomparecencia de Bocanegra.

El Rota volteó el marcador tras un claro penalti de Mario y un golazo de Parada

Era el fútbol y sus consecuencias. Tres ocasiones de gol y todas ellas convertidas, máxima rentabilidad. Antes del descanso, un cabezazo de Sebas lo sacó bajo palos Maikel, en una gran ocasión. Y ahí acabó la primera parte, con amenaza de la batalla no había concluido.

El segundo tiempo no tuvo dobleces, todo fue de verdad, a pecho descubierto, un ataca tu que ahora voy yo. Y en esas, las tuvo el Cartaya y también el Rota, dos de ellas clarísimas, dentro de un inconformismo espectacular que llamó la atención del público, el que se despistase estaba en riesgo de perderse el detalle del partido. Y así una y otra vez, hasta que en el 70 de juego, otra vez Pitu, a la salida de un córner hacía el empate.

El último cuarto de hora fue del Cartaya, que tuvo la pelota, las llegadas y las sensaciones, con el Rota tocado del ala en lo físico. Pero no marcó a pesar del esfuerzo y de los cambios de Limón, todos ellos con la intención de seguir apretando al norte. Fue un reparto de puntos que sonó a justo. Es posible que puesto en la balanza, y teniendo en cuenta que el Cartaya acabó más entero, al equipo de Limón le parezca que mereció más. Y no es discutible.

Ficha técnica:

Cartaya: Raúl Hernández, Juan López (Canito), Novoa, Quino, Aitor, Mario, Sebas, Fernando Vaz, Dani Pérez (Souto), Lolo y Pitu (Guille).

Rota: Jairo, Ramos, Gasca, Vicente, Maikel, Chico Benítez (Yuni), Gutiérrez (Segarra), Parada (Guille), Orihuela, Harana (Luis Lara) (Carlos) y Ramón (Ayoub).

Goles: 1-0 (20’) Pitu. 1-1 (30’) Orihuela, de penalti. 1-2 (36’) Parada. 2-2 (70’) Pitu.

Árbitro: Cintado Fernández, de Sevilla. Amonestó por los locales a Mario y por los visitantes a Chico Benítez y Harana.

Incidencias: Unos 400 espectadores.

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