Belmonte deja escapar su momento

natación

La española finaliza octava en la final de 400 estilos pese a brillar en las series

Mireia Belmonte, durante la final de 400 estilos.
Mireia Belmonte, durante la final de 400 estilos.
Efe / Londres

29 de julio 2012 - 05:02

La china Shiwen Ye batió ayer el récord del mundo de los 400 estilos y se proclamó campeona olímpica en Londres 2012, en una final en la que la española Mireia Belmonte fue octava y última.

Ye paró el crono en 4.28,43, cuando la mejor marca mundial estaba en poder de la australiana Stephanie Rice desde los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 en 4.29,45, aunque en esta ocasión ni alcanzó el podio.

Belmonte logró un tiempo de 4.35,62 por 4.31,27 de la estadounidense Elizabeth Beisel, que había hecho el mejor tiempo por la mañana, y que por la tarde no pudo con Ye, y de la otra china participante en la final, Xuanxu Li, bronce con 4.32,91.

La nadadora de Badalona, de 21 años, no pudo repetir su registro de la mañana, en las series, 4.34,70, y tampoco batir el récord nacional que tiene ella en 4.33,91.

La española perdió el contacto con la cabeza de la prueba en el segundo estilo, el de espalda, justo el que durante la mañana comentó que había sido la clave para pasar a la final con el quinto mejor tiempo de todas las clasificadas a la final.

Los primeros 100 metros, los que se nadan a mariposa, los pasó en la tercera plaza por detrás de la campeona europea, la húngara Katinka Hosszu, y de Rice, campeona olímpica en 2008 y ayer sexta con 4.35,49.

Pero finalizó séptima en la espalda y en la braza perdió otra posición más. Mireia recuperó terreno en el último 100, pero no pudo evitar ser última de la final.

Mientras, Ye remontó desde la quinta plaza hasta la primera en el 50 final para batir a Beisel.

La relación entre España y las preseas olímpicas en natación va en deterioro. Pero para eso está Belmonte en Londres, para cerrar la puerta definitivamente. La badalonesa, con el quinto mejor tiempo de la serie de semifinales, consiguió meterse en la que fue su primera final olímpica.

Hubo un momento en el que Belmonte pareció dispuesta a la remontada, pero la fortaleza de la china Ye Shiwen establecía un ritmo de carrera infernal, muy por encima del esperado. De hecho, la española levantó el pie del acelerador y se dejó llevar para finalizar en la última plaza en una carrera en la que tenía sobre el papel posibilidades de hacerse con alguno de los puestos honorables. No fue así y la natación española sigue esperando ese hito que apague la presión de sus competidores a la hora de buscar la medalla. Mireia Belmonte, tras la decepción de ayer, tendrá más opciones de pelear por las preseas.

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