Bajo la dirección de un jartible de la fiesta, un incansable tío que lo da todo por ella y que este año la Fopac ha tenido la genial idea de darle la insignia de oro. Don Manuel Alvarado sube al escenario a nuestra cantera para que haga las delicias del público asistente.

Una comparsa trabajada, sin estridencias, con una musicalidad enorme y, además, cantando muy bien. Es difícil encontrar un grupo de jóvenes que se partan el alma por esta fiesta; pues Manuel Alvarado lo ha conseguido.

Desde un disfraz alegre, con colores metálicos, esta comparsa hace que se pueda codear con agrupaciones de mayores. Un ole por ti, Manuel, sobre todo por llevar a cabo una labor incontestable y muy gratificante para los chavales, en los que está sembrando la semilla para que el Carnaval no muera.

Los pasodobles una auténtica delicia para los oídos. En los cuplés, faena de aliño, como las buenas comparsas, y en el popurrí se vienen arriba y hacen que el teatro se venga abajo. Lo dicho, ¡OLE!