Se cumplió la lógica y el Cádiz CF perdió en el terreno del Real Madrid (3-0). Un marcador cruel. Una derrota que le acerca aún más a Segunda División después de desperdiciar ocasiones para haber salido del Bernabéu con un resultado positivo. No es una barbaridad decir que pudo haber ganado. Tuvo oportunidades que no materializó, en la línea de toda la temporada. Por algo es el menor goleador de la Liga.

La diferencia radicó en la mezcla de calidad y pegada. Cuando aún no se había movido el marcador, el equipo amarillo perdonó la vida a un rival que esperó su momento en la segunda parte para quedarse con los tres puntos entre los cánticos de "campeones" de su hinchada. El Cádiz CF asistió casi cadáver a la fiesta del campeón de Liga a falta de confirmación matemática.

Cómo plantar cara al Real Madrid por muy cargado de suplentes que estuviese. Esa era la cuestión. Mauricio Pellegrino se decantó por tres centrocampistas (novedosa titularidad de Gonzalo Escalante) y Robert Navarro en tres cuartos aunque inclinado a la derecha en labores defensivas como integrantes de un 4-5-1.

No sucedió nada que no fuese esperado en los compases iniciales. El líder tomó el mando con la posesión del balón y continuas acometidas que fueron el preludio de una tarde de arduo trabajo. Los amarillos arrancaron con orden y disciplina con las que contuvieron las oleadas de los locales durante toda la primera parte. Militao, desde muy lejos, estrenó la cuenta de disparos en el minuto 10 respondido con una notable intervención de Jeremías Conan Ledesma. Poco más hicieron los de Carlo Ancelotti en el primer periodo.

La pelota le duraba poco al Cádiz CF pese a sus intentos de tocar y llegar al área contraria. En el 22 dispuso de una buena ocasión con una internada de Joseba Zaldua (otras de las novedades en el once) tras recibir el esférico de Robert Navarro. El vasco arribó hasta la línea de fondo cerca de la portería, sirvió un pase atrás y Chris Ramos remató mal con la izquierda.

Los gaditanos no dejaron espacios y resistieron sin demasiadas dificultades una primera media hora en la que los merengues apenas generaron peligro. Sí lo creó Rubén Sobrino cuando en el 32, tras ganar una pugna con Militao, se disponía a tirar solo delante de Courtois hasta que Nacho despejó a lo justo.

El Cádiz CF no extrajo todo el jugo a dos oportunidades claras con las que perdonó a un Real Madrid que, a pesar de su dominio, no terminaba de descifrar la clave del eficaz entramado defensivo de los visitantes. En el 40, una defectuosa salida de Ledesma en un centro aéreo tras un lanzamiento de falta propició un susto resuelto por el propio cancerbero al repeler el cuero tras el disparo de Dani Ceballos.

Tuvo otra más el cuadro amarillo antes del intermedio. En el 44, la zaga local pecó de pasividad en un saque de esquina lanzado por Javi Hernández pero Escalante no acertó en el remate de cabeza. La última palabra antes del pitido del colegiado la tuvo Joselu con un tiro alto en boca de gol aunque en fuera de juego.

El conjunto amarillo ofreció una buena imagen en la primera mitad en la que no permitió la maniobrabilidad de un Real Madrid que apenas halló huecos por donde entrar. Con los tres puntos en el aire, el encuentro quedó reducido a los 45 minutos definitivos del segundo acto.

El Cádiz CF estaba obligado a ganar debido a su delicada situación clasificatoria. Tenía el partido donde quería a falta de un zarpazo con el que dar la campanada.

Los de casa apretaron el acelerador en la reanudación y Ledesma repelió dos veces el balón en el 48, la primera tras un libre directo de Arda Guler y la segunda después de un tiro lejano de Carvajal. Todo lo que no había pasado en la primera parte sucedió en comienzo de la segunda.

En dos acciones seguidas quedó de manifiesto la sideral diferencia entre un equipo y otro. El 50 Chris Ramos robó el cuero y se plantó solo delante de Courtois. El delantero lo tenía todo a su favor para marcar pero remató al cuerpo del arquero, ganador del mano a mano. Difícilmente iba a tener el Cádiz CF una ocasión tan clara. Dejó pasar su momento y no tardó en estrellarse con la dura realidad.

Y es que del posible 0-1 se pasó al 1-0 en un parpadeo. En el 51, Modric conectó con Brahim y el malagueño, desde una esquina del área, soltó un derechazo con el que alojó el balón por la escuadra.

Todo sucedió en segundos. La falta de puntería de Chris Ramos en la situación que querría estar todo delantero contrastó con el acierto de Brahim y el partido se puso muy complicado para los foráneos.

Pellegrino reaccionó con la apuesta por Iza Carcelén y Lucas Pires, este último ubicado como extremo zurdo. De nada sirvieron los movimientos porque enseguida llegó el 2-0. En el 67, Una mala salida de balón facilitó el robo de los anfitriones en tres cuartos y Bellingham, que acababa de saltar al césped, empujó al interior de la portería tras una asistencia de Brahim.

Las archiconocidas carencias ofensivas hacían pensar que el encuentro ya estaba finiquitado tras el segundo tanto. El ingreso en el campo de Juanmi y Maxi Gómez no solucionó nada.

La distancia en el marcador restó trascendencia a la recta final del choque. Se descontroló todo y los blancos se sintieron cómodos con espacios a la contra. Ledesma evitó el tercero tras un testarazo de Militao y un zurdazo de Modric. Joselu remató al poste cuando los blancos buscaban ampliar la renta Un cabezazo de Maxi Gómez hizo que el balón rozase el larguero, Courtois despejó un tiro de Rubén Alcaraz y poco más. Pasaron los minutos y se consumó una nueva derrota del Cádiz CF que al final fue abultada, 3-0, con el tanto de Joselu en el 93 tras una gran jugada de Nacho.