La Canastita, Premio Andalucía de Medio Ambiente 2025
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El galardón destaca un modelo agroforestal ejemplar que integra innovación agronómica, recuperación ecológica y desarrollo rural”
En el año de su 125 aniversario, La Canastita suma un nuevo hito a su legado: la empresa Agrícola El Bosque S.L., que comercializa su producción de moras bajo esta histórica marca familiar, ha sido distinguida con el Premio Andalucía de Medio Ambiente (PAMA) en la categoría de Conservación, Medio Natural y Desarrollo Sostenible. El galardón, concedido por la Junta de Andalucía en su XXIX edición, reconoce la trayectoria de esta entidad onubense como ejemplo de compatibilidad entre producción agrícola, preservación del entorno y compromiso social.
La entrega del premio, celebrada el 24 de junio, supone un respaldo institucional a un modelo empresarial que ha logrado consolidarse como referente en sostenibilidad agraria. Ubicada en el término municipal de Lucena del Puerto, y enmarcada en la corona norte forestal de Doñana, la finca El Bosque integra más de 160 hectáreas como soporte de identidad comarcal, su ubicación privilegiada marca al territorio de creativos contrastes paisajísticos, que junto al magnífico pasado que atesora conforma un paraje de enorme riqueza natural que ha contribuido al desarrollo de un proyecto agrícola-forestal profundamente arraigado en el respecto al medio ambiente y en los valores sociales del territorio.
En este contexto, la gestión de El Bosque se articula bajo un modelo agroforestal sostenible que combina cultivos intensivos de mora con más de 100 hectáreas de superficie forestal, organizadas en una estructura mixta que incluye 62 hectáreas de dehesa mediterránea —dominada por alcornoques y pinos— y otras 40 hectáreas repobladas íntegramente con alcornoques, plantados en 1995 sobre una antigua superficie de olivar, configurando así un mosaico de productividad, biodiversidad y regeneración ambiental.
El incendio forestal que afectó a parte del terreno en el verano de 2023 supuso un punto de inflexión para La Canastita, que respondió con rapidez y determinación ante el daño ambiental. La Canastita emprendió entonces un proceso integral de recuperación ecológica que no solo restauró los hábitats afectados, sino que reforzó su vocación como agroecosistema vivo.
En 2024, este proceso se consolidó con prácticas de reforestación selectiva y recuperación de especies autóctonas. Como parte de esta estrategia regenerativa, la empresa ha creado un sumidero de carbono, que le permite compensar su huella climática y reforzar su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Es un paso más en su compromiso con una agricultura alineada con el futuro del planeta.
Este enfoque, basado en la interacción equilibrada entre naturaleza y tecnología, es precisamente lo que define el proyecto de La Canastita: una agricultura capaz de producir alimentos de calidad sin comprometer la resiliencia del ecosistema. Su modelo de sostenibilidad es la estructura misma sobre la que se articula toda su actividad. Se apoya en tres ejes interdependientes —medioambiental, social y económico— que actúan como motores de un impulso duradero. Innovación agronómica, inclusión social y respeto ambiental avanzan juntos en un equilibrio que mejora la eficiencia productiva, protege el territorio y genera oportunidades reales para el entorno. Así, en Agrícola El Bosque, la sostenibilidad no se predica, se cultiva.
Desde su fundación en 1900, la familia Velo ha apostado por una evolución constante del modelo agrario, incorporando a cada etapa de desarrollo nuevas respuestas a los desafíos del territorio, del clima y del mercado.
Pero el compromiso ambiental de La Canastita no se limita a lo agronómico. El reconocimiento de la Junta también valora la dimensión social y educativa del proyecto. La empresa ha impulsado iniciativas de inclusión laboral en el medio rural, especialmente entre mujeres y jóvenes, y ha establecido acuerdos de colaboración con universidades, centros tecnológicos y comunidades locales para fomentar la transferencia de conocimiento, la cultura agraria y la divulgación medioambiental.
A lo largo de cuatro generaciones, La Canastita ha demostrado que el respeto a la tierra puede ir de la mano de la competitividad, que la biodiversidad puede ser aliada de la productividad, y que el futuro del campo andaluz no solo depende de su capacidad de producir, sino también de su capacidad de regenerar.
Lo que comenzó hace más de un siglo como una pequeña conservera impulsada por la familia Velo es hoy un ecosistema agrícola que conjuga herencia y vanguardia. La Canastita no ha dejado de evolucionar, transformando su modelo productivo a cada etapa histórica sin renunciar a su arraigo territorial ni a su compromiso con la tierra. Esta coherencia intergeneracional ha permitido que un proyecto familiar se convierta en referencia internacional en el cultivo sostenible de moras, gracias a la introducción de variedades propias, la tecnificación del manejo agronómico y una visión que entiende la agricultura como plataforma de salud, resiliencia ecológica y desarrollo local.
Además de su impacto local, La Canastita forma parte activa de la transformación del sector agroalimentario andaluz. Su experiencia ha contribuido a generar conocimiento aplicado, metodologías de cultivo replicables y nuevos estándares de sostenibilidad que hoy sirven de referencia para otras explotaciones. Con una presencia creciente en foros técnicos y redes de innovación, su papel va más allá de la producción: impulsa un ecosistema de colaboración donde producción, innovación y territorio se integran para afrontar los retos del cambio climático y el relevo generacional en el campo.
El Premio Andalucía de Medio Ambiente no es solo un reconocimiento: es un testimonio de que otro modelo es posible. Uno en el que la innovación se pone al servicio de la vida, donde la agricultura se convierte en garante de salud, paisaje y comunidad. Y ese modelo hoy tiene nombre: La Canastita.
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