La renaturalización de Los Mimbrales ahorrará 7 hectómetros al acuífero de Doñana
El Ministerio de Transición Ecológica pretende convertir los trabajos en un referente para futuras actuaciones en el Parque Nacional
El presupuesto roza los seis millones de euros y comenzará a aplicarse en el último trimestre del año
Visita de la vicepresidenta Sara Aagesen a la finca Los Mimbrales en Almonte, Huelva

Una finca de apenas 1.200 hectáreas en un entorno con más de 54.000 de Parque Nacional no parece una superficie lo suficientemente significativa como para servir como referente a lo que se va a llevar a cabo en ella. No obstante, el Ministerio de Transición Ecológica quiere hacer precisamente eso en Doñana. La finca elegida es Los Mimbrales. Está situada en el entorno de la cuenca vertiente al Arroyo de La Rocina, una de las principales aportaciones de agua superficial de la marisma. El proyecto de renaturalización cuenta con un presupuesto de casi 6 millones de euros y permitirá, una vez finalizados sus trabajos, el ahorro de cerca de 7 hectómetros cúbicos a un acuífero que necesita cada gota de agua.
Las actuaciones se llevarán a cabo en algo más de 932 hectáreas del sector oeste, dentro de la de la Zona de Especial Conservación. Se trata de una isla que hasta ahora estaba cercada por cultivos de regadío por el norte y sur. En 2015, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir compró este sector y se eliminaron los cultivos existentes, principalmente cítricos.
La ubicación estratégica de esta finca hace que las labores de recuperación basadas en el manejo de la vegetación, la restauración hidrológica, el control de la erosión y la desfragmentación del territorio contribuyan a mejorar la capacidad de recarga de la masa de agua subterránea de La Rocina, declarada en riesgo de no alcanzar el buen estado y área donde se concentra el mayor número de invernaderos ilegales de la comarca al norte de la Corona Forestal. El cese de la actividad agrícola en estos campos supone un evitar la extracción de 6,8 hectómetros cúbicos anuales al acuífero.
El proyecto persigue mejorar la calidad del agua, renaturalizar el espacio y atenuar los problemas de colmatación de la marisma. También, favorecer la conectividad dentro del Espacio Natural de Doñana; recuperar la calidad de hábitats de interés comunitario y mejorar la conservación de las especies de fauna silvestre. El objetivo es más que ambicioso, toda vez que se "aspira a ser un referente de cómo deberían realizarse este tipo de intervenciones de soluciones basadas en la naturaleza, al amparo del Reglamento de Restauración de la Naturaleza que aprobó recientemente la Unión Europea", según han reconocido a este periódico desde el Miteco.
Estos trabajos forman parte de la Línea 4 de Conservación y restauración de la biodiversidad del Marco de Actuaciones para Doñana en el ámbito medioambiental del Miteco, a través de la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación. Tras someterse a consulta pública y obtener todas las autorizaciones e informes favorables (incluidos los de la Consejería de Sostenibilidad de la Junta de Andalucía y el Consejo de Participación de Doñana), se estima que las obras de ejecución comiencen en el último trimestre de este mismo año.
Para conseguir su restauración ecológica, se realizarán trabajos en la red hidrológica mediante el sellado de los canales de drenaje de la finca, que han dejado de ser necesarios para el fin que fueron concebidos por el cese de la actividad agrícola. Se procederá a la naturalización de tres antiguas balsas de riego como lagunas.
Entre las principales tareas que se llevarán a efecto en la finca, se encuentra la recuperación de los antiguos cauces, y se rediseñará la red hidrológica, para restablecer su funcionalidad y estructura como ecosistemas fluviales; además se volverá al trazado previo del arroyo Bernabé mediante la ampliación del cauce y llanura de inundación, ya que se le incorporará parte de la superficie que en su día alimentaba al arroyo de El Zorro, entroncándolo con el Bernabé a su salida al norte de la finca.


Flora y edificaciones
El plan incluye actuaciones sobre la vegetación autóctona, como son bosques de alcornoques sobre las dunas fijas litorales; brezales atlánticos en dunas y arenas litorales descalcificadas; dunas con vegetación, para la diversificación del monte blanco, o formaciones leñosas ribereñas sobre dunas litorales fijas. También se impulsarán tareas para el control y erradicación de especies exóticas como el eucalipto, la acacia o la caña. Estos trabajos se complementarán con pasos de fauna de las obras de drenaje transversal bajo la carretera A-483 que quedarán en desuso tras su sellado. Se crearán majanos (refugios) y realización de siembras de cereales y leguminosas para fomentar la presencia de conejo, principal alimento del lince ibérico.
Por último se procederá a adecuar algunas edificaciones existentes y se demolerán el resto, como almacenes de aperos, torretas de electricidad, losas de hormigón y casillas. Muchas de ellas están semiderruidas y otras se conservan en buen estado, algunas de las cuales se van a mantenerse tras comprobarse que cuentan con unas condiciones ideales para la anidación de algunas especies de aves. Las edificaciones que se mantendrán serán acondicionadas como refugio de distintas especies de aves (entre ellas, lechuzas, cernícalos, abubillas, mochuelos y carracas). De manera complementaria, se hará lo mismo refugios para murciélagos que se ubicarán en las cercanías de cada una de las balsas de riego que se van a naturalizar.
Todas estas medidas incorporan la defensa contra incendios, con fajas auxiliares y cortafuegos, la mejora del vallado perimetral y el rediseño de la red de caminos.
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