caso de los ERE
  • La junta de tratamiento pide que el ex consejero Francisco Vallejo, el ex viceconsejero Jesús Rodríguez Román y el ex director de Idea Miguel Ángel Serrano cumplan la condena en Sevilla-I

  • En celdas recién pintadas y con reos mayores

La prisión propone clasificar en segundo grado a los ex altos cargos de los ERE

El ex consejero Francisco Vallejo, el ex consejero Jesús Rodríguez Román y el ex director de Idea Miguel Ánel Serrano, el pasado 2 de enero en Sevilla-I. El ex consejero Francisco Vallejo, el ex consejero Jesús Rodríguez Román y el ex director de Idea Miguel Ánel Serrano, el pasado 2 de enero en Sevilla-I.

El ex consejero Francisco Vallejo, el ex consejero Jesús Rodríguez Román y el ex director de Idea Miguel Ánel Serrano, el pasado 2 de enero en Sevilla-I. / juan carlos muñoz

Escrito por

· Jorge Muñoz

Redactor jefe / Tribunales

Tan sólo un mes después de su ingreso en prisión ya hay una propuesta para clasificar en segundo grado penitenciario a los ex altos cargos que fueron condenados por el caso de los ERE. La junta de tratamiento de la cárcel de Sevilla-I ha propuesto que los tres ex altos cargos que están en este centro –el ex consejero de Innovación Francisco Vallejo, el ex viceconsejero Jesús María Rodríguez Román y el ex director de la agencia Idea Miguel Ángel Serrano– sean clasificados en segundo grado penitenciario, el que disfruta la mayoría de la población reclusa española y que se otorga a los condenados que no son considerados peligrosos o con incapacidad para adaptarse, según han confirmado a este periódico fuentes penitenciarias.

Lo lógico es que se aplique también el segundo grado a los que están en las otras cárceles

Esta misma clasificación en segundo grado es la que con toda probabilidad se aplicará al resto de ex cargos socialistas que están cumpliendo condena por los ERE: la ex consejera de Economía Carmen Martínez Aguayo, que está en la prisión de mujeres de Alcalá de Guadaíra; y los ex consejeros de Empleo Antonio Fernández -que ingresó en Puerto-III- y José Antonio Viera, en la prisión de Huelva.

En el caso de los tres ex altos cargos que entraron el 2 de enero en la cárcel de Sevilla-I, la junta de tratamiento aprobó esta propuesta en una reunión que tuvo lugar el pasado jueves y en la que se propuso asimismo que estos tres ex altos cargos se queden a cumplir su condena en esta misma prisión de Sevilla-I. Esta propuesta se ha realizado a petición de los propios condenados, que han mostrado su interés en no ser trasladados de centro penitenciario. Las mismas fuentes han señalado que los tres ex altos cargos tienen el mismo perfil penitenciario, por lo que normal es que tengan las mismas condiciones en prisión.

Tras la propuesta de la junta de tratamiento de la cárcel corresponde ahora a la Secretaría general de Instituciones Penitenciarias la decisión sobre la clasificación y el destino de los ex altos cargos, aunque lo normal es que la propuesta de la junta de tratamiento sea aceptada y los tres ex altos cargos puedan quedarse en Sevilla-I para cumplir sus condenas.

En esta cárcel sevillana la unidad de cumplimiento está actualmente cerrada debido a las obras de reforma y de mantenimiento que se vienen desarrollando en los últimos meses, por lo que son pocos los reclusos que se quedan una vez realizada la propuesta, dado que el centro no puede acoger su capacidad total, que es de unos 1.100 reclusos, según las cifras de internos que han estado en esta cárcel en los últimos años.

En la cárcel de Sevilla hay menos internos por unas obras de mejora que se están ejecutando

En la actualidad, han descatado las fuentes consultadas por este periódico, la cárcel está a un nivel de ocupación del 60% aproximadamente, dado que hay unos 700 presos, tanto en preventivos como cumpliendo condena, aunque éstos son menos. Sevilla-I seguirá sin estar a su capacidad máxima previsiblemente hasta finales de este año, cuando está previsto que terminen las obras.

Los presos que no pueden quedarse en Sevilla-I son generalmente reubicados por Instituciones Penitenciarias en las cárceles de Morón de la Frontera (Sevilla-II), Huelva o Córdoba, salvo que haya algún caso de un interno que, a petición propia, solicite por ejemplo un destino en una prisión del norte del país.

¿Y qué significa que los condenados de los ERE estén en segundo grado?

Según el artículo 102.3 del Reglamento General Penitenciario se clasifican en segundo grado “los penados en quienes concurran unas circunstancias personales y penitenciarias de normal convivencia, pero sin capacidad para vivir, por el momento, en semilibertad”, lo que supondría aplicarles el tercer grado, algo que se ha descartado de entrada.

Los internos de segundo grado pueden realizar actividades grupales y una vez que hayan cumplido una cuarta parte de la pena pueden acceder a permisos ordinarios de salida, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 154 del Reglamento General Penitenciario.

El ex director de Idea se ha apuntado a un curso de informática en la cárcel de Sevilla-I

En relación con las actividades que pueden desarrollar, este periódico ha podido saber que el ex director de Idea Miguel Ángel Serrano Aguilar se ha apuntado en prisión a un curso de informática, mientras que los otros dos ex altos cargos también tendrían previsto solicitar su participación en algún curso similar.

Los tres ex altos cargos comparten un módulo de respeto con internos mayores, de más de 65 años y hay incluso algunos reclusos que tienen 78 y 82 años. Se trata además de presos que no tienen un perfil violento, no son agresivos. Son presos tranquilos y pacíficos, aunque puede haber alguno condenado por un delito contra la libertad sexual. Lo que no hay son, por ejemplo, personas condenas por delitos graves como homicidios o asesinatos.

En cuanto a la vida carcelaria, tienen mucho tiempo para acudir a la biblioteca o bien para pasar en unos jardines que hay al fondo de la unidad, y por supuesto para leer o ver la televisión.

En líneas generales, los ex altos cargos sobrellevan su nueva vida con normalidad y están bien, dentro de lo bien que se puede estar dentro de un recinto penitenciario, han apuntado otras fuentes consultadas por este periódico.

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