El Ministerio de Óscar Puente anuncia que asumirá todas las paradas de autobús rechazadas por las comunidades autónomas

El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha comunicado oficialmente que se hará cargo de todos los servicios de autobús que las comunidades autónomas decidan no gestionar dentro del nuevo mapa concesional que está ultimando el Gobierno. Esta decisión, anunciada durante una reunión con los directores generales de Transporte autonómicos, busca garantizar la continuidad del servicio en todas las localidades.

Según ha declarado el departamento dirigido por Óscar Puente, se mantendrán todas las paradas de líneas interurbanas bajo el nuevo diseño de rutas. Para facilitar esta transición, el Ministerio aportará más de 40 millones de euros como financiación adicional a las comunidades autónomas, destinados a la gestión de nuevas rutas que conecten poblaciones pequeñas con las ciudades principales donde harán parada las líneas estatales.

El objetivo principal del nuevo mapa concesional es hacer más eficientes las rutas de transporte estatal, reduciendo el número de paradas para aumentar la frecuencia y disminuir los precios. Este modelo contempla que las comunidades autónomas establezcan rutas complementarias para enlazar los municipios pequeños con las ciudades más grandes, utilizando los fondos adicionales proporcionados por el Ministerio.

Incertidumbre sobre el modelo final

A pesar del compromiso ministerial de asumir cualquier ruta o parada que las comunidades rechacen gestionar, fuentes de Transportes consultadas no han aclarado si esto implicará mantener el formato actual de las rutas de largo recorrido, con numerosas paradas intermedias, o si se implementarán nuevas rutas más cortas para garantizar la accesibilidad de los municipios pequeños a las líneas estatales.

Ventajas del nuevo sistema propuesto

En caso de implementarse el modelo de rutas más directas complementadas con conexiones locales, los principales beneficios serían evidentes: los grandes ejes reducirían su duración en aproximadamente 20 minutos de media, llegando a acortar hasta 3 horas en algunos trayectos específicos. Simultáneamente, las tarifas experimentarían una reducción cercana al 20%, gracias al incremento del 40% en la ocupación de los autobuses, consecuencia directa de ofrecer un servicio más competitivo y atractivo para los usuarios.