Elecciones Andalucía

Resultados elecciones Andalucía: la victoria más amarga del PSOE andaluz

  • Susana Díaz gana las elecciones pero tiene difícil formar gobierno por la mayoría de derechas

Reacciones de Susana Díaz a los resultados electorales. / Antonio Pizarro

El PSOE de Andalucía se enfrenta a la mayor debacle de su historia. Los socialistas han logrado 33 escaños en las elecciones del 2 de diciembre y están cerca de perder el Gobierno de la Junta después de que los partidos del centroderecha hayan logrado por primera vez más votos que la izquierda. La candidatura que lidera Susana Díaz ha logrado por poco el millón de apoyos, es decir, que se han dejado más 400.000 votantes por el camino.

La presidenta de la Junta en funciones ha ganado los comicios, pero no podrá intentar lo que ya logró su predecesor en 2012. José Antonio Griñán perdió en las urnas frente al PP de Javier Arenas, pero contaba con los 12 votos de IU. El bloque de izquierdas sumaba, entonces, 59 escaños. En 2015 la irrupción de Podemos aumentó a suma a 67 asientos.

Tras los comicios la suma de PSOE y Adelante Andalucía se queda con unos raquíticos 50 diputados, a cinco de la mayoría absoluta. Un hipotético acuerdo entre las izquierdas superaría al que lograsen PP y Ciudadanos, que se quedan con 47 escaños. Es la irrupción de Vox lo que desequilibra el tablero andaluz, pues son la llave para que el centrode recha llegue a San Telmo por primera vez en la historia.

La candidata socialista ni siquiera podría reeditar el pacto que firmó con Ciudadanos en 2015, puesto que la suma de socialistas y naranjas no alcanza la mayoría absoluta. La fuerte caída del PSOE, que ha perdido 14 escaños pese a ganar en todas las provincias menos en Almería, no se compensa con el crecimiento del partido de Juan Marín. El líder naranja ya había dicho que no pensaba apoyar a Díaz, mucho menos a un ejecutivo apoyado por la confluencia.

La baja participación lastra al PSOE

El primer adelanto de los datos de participación, difundido a las 14:00, hizo sonar las primeras alarmas entre los socialistas. Finalmente la abstención ha crecido casi cuatro puntos porcentuales, pero el aumento se ha producido, sobre todo, en zonas donde el PSOE suele ganar con holgura. En las provincias de Jaén y Córdoba el aumento ha alcanzado los cuatro puntos y medio, mientras que en Sevilla ha sido de cinco puntos.

El suelo electoral del PSOE de Andalucía se queda en esos 33 escaños después de que Susana Díaz adelantase por segunda vez los comicios autonómicos, según explicó, para lograr la estabilidad. La jugada ha salido mal a los socialistas después de 36 años de Gobierno y una campaña que comenzó con un perfil bajo después de varios meses de efervescencia a cuenta de un adelanto electoral que lleva barajándose desde antes del verano.Durante los primeros días, la candidata a la reelección rehusó entrar en el “fango” de los ataques de PP, Ciudadanos y, en menor medida, Adelante Andalucía. Sin embargo, el segundo debate, celebrado en RTVE, marcó un antes y un después. Fue la propia Díaz quien mencionó a Vox, preguntándoles a Juan Marín y a Juanma Moreno si pensaban pactar con un partido que, hace sólo una semana, parecía muy lejos del Parlamento.

Díaz pide un "dique de contención" contra la "extrema derecha"

En su valoración de resultados, la presidenta de la Junta en funciones ha aludido a la “ultraderecha” de Santiago Abascal para explicar el batacazo que le ha restado 14 escaños a su formación. También ha reconocido que el escuálido dato de participación ha influido en el “retroceso de la izquierda” que ha privado a su partido de la posibilidad de formar un gobierno con Adelante Andalucía.Rodeada de miembros de su actual gabinete y de dirigentes del PSOE andaluz, la candidata socialista ha cargado duramente contra VOX, un partido "de extrema derecha" que defiende "una quiebra de la convivencia". También los ha acusado de tener un discurso "xenófobo" y que "justifica la violencia contra las mujeres.“Es una noche triste a pesar de haber ganado las elecciones”, ha dicho Díaz antes de mostrar su disposición –con “humildad y generosidad”– de poner en marcha una ronda de contactos con los partidos “constitucionalistas” para que “cada uno diga” si está dispuesto a “vincular sus votos con la extrema derecha y que sea la llave del gobierno”.

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