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Rodríguez desde el vértigo: "El pueblo manda. Lo importante es saber perder"

  • Se despide de 20 años de Alcaldía esgrimiendo una transformación urbana sin precedentes y una entrega a Huelva a la que ahora emplaza al PSOE "Estaremos al pie del cañón, con 8 concejales que, por su experiencia, valen como 80"

Lo habían apostado todo a la marca Perico, aún sabiéndola debilitada por el inexorable peso de 20 años de gobierno, pero el PP no había logrado encontrar a tiempo a un candidato con más popularidad que Pedro Rodríguez. El regidor se enfrentó hace 15 días a su sexta campaña electoral mentalizado de que la nueva efervescencia política le arrebataría la mayoría absoluta a la que se había acomodado desde 1999. Pero en ningún supuesto concibió el ocaso de los ídolos. Cada vez que un periodista le preguntaba si, en caso de perder los comicios, se quedaría cuatro años en la oposición, contestaba en bucle: "Es que yo voy a seguir siendo el alcalde".

Al cierre del escrutinio, con 8 concejales y desterrado al banquillo, Rodríguez entró en pleno vértigo en el salón del NH Luz deslumbrado por los focos y los pésames. La sonrisa calcárea. El bálsamo de los aplausos. Sin dar crédito. Tantas veces le quisieron enterrar, encargarle -como diría Sabina-, el traje de madera... Siempre invicto. Hasta ayer. "En la vida no siempre se gana -aclamó ante los suyos-. Lo importante es saber perder". Un discurso cuesta arriba, entre pausas y emociones, en el que el candidato del PP admitió que "es verdad" que no se esperaban "este resultado. Dejé el Parlamento andaluz para ser alcalde  y ahora no soy ni parlamentario ni alcalde. Pero no pasa nada -se dirigió a los militantes y simpatizantes-, soy amigo de todos ustedes".

Defendiendo su impronta y la de su equipo, recalcó que "han sido 20 años gobernando esta ciudad, 20 años transformándola. Nosotros -prosiguió- hemos trabajado mucho y hemos tratado de hacerlo lo mejor posible. Teníamos muchos sueños que cumplir y los seguimos teniendo".

Hubo la deportiva felicitación "al PSOE", sin nombrar expresamente al futuro alcalde, Gabriel Cruz, emplazando a los socialistas a gobernar "defendiendo siempre a Huelva, como hemos hecho nosotros". Rodríguez le deseó "suerte" a "los próximos gobernantes y a la ciudad de Huelva", acatando que "el pueblo manda. Así es la democracia". Como apuntó el dirigente popular, las urnas ponen ahora a su equipo en la oposición, "un lugar -apostilló- que no solo sirve para criticar, sino también para construir. Estaremos al pie del cañón, trabajando por esta ciudad, defendiendo Huelva desde mañana y, los ocho concejales que tenemos, con nuestra experiencia, valdremos por 80".

El candidato del PP se mostró "convencido de que dentro de cuatro años se volverán las tornas", insistiendo en que el aval de su gestión es haber "demostrado que hemos transformado esta ciudad. Los ciudadanos saben cómo estaba Huelva hace 20 años. Es una ciudad con un gran futuro y lo vamos a construir juntos".

Rodríguez agradeció el esfuerzo de su equipo de campaña y tuvo unas palabras especialmente emotivas para los concejales del hasta ahora equipo de gobierno que "se han quedado fuera" con el resultado de este 24-M, como es el caso de Carmen Sacristán, Manuel Remesal, Mabel Valle, Teresa Herrera y José Antonio Márquez.

Compareció también el presidente provincial del PP, Manuel Andrés González, ensalzando la figura de Perico Rodri como "el que sin duda ha sido el mejor alcalde que ha tenido esta ciudad. Desde que hemos comenzado a conocer los resultados han llegado a mi móvil cientos de mensajes diciendo que él es el alcalde que transformó Huelva y eso, Perico, es lo que va a quedar en la Historia". González agradeció al alcalde saliente haber estado "media vida dedicado intensamente a Huelva con todos sus sentidos. Y Perico -afirmó- va a seguir trabajando por los intereses de esta provincia y de la capital".

Ningún sondeo había anticipado una caída de este alcance en el PP capitalino, que había contratado a la misma empresa con la que Rodríguez batió récord en la campaña de 1999, cuando consiguió 18 concejales. Pero las promesas no calaron y se veían con una pátina de ciencia-ficción.

Los golpes de efecto (como el derribo del viaducto de la Avenida de Cádiz o la inauguración del Parque Colombino de Isla Chica) no han servido de contrafuerte ante lo que los periquistas tenían que combatir: al desgaste de los 20 años gobernando se sumaba la factura de los planes de ajuste del último mandato -con recortes y medidas recaudatorias-, la parálisis de los grandes proyectos urbanísticos -como el Ensanche, Isla Chica, el solar del Mercado del Carmen, etc- y el efecto de arrastre del propio deterioro de la marca PP.

Y ello a pesar de que en la campaña se había intentado eclipsar con la enseña 'Perico' las siglas del partido, vapuleado a nivel nacional por los casos de corrupción y las medidas impopulares del gabinete de Rajoy. Pero la estrategia no funcionó. Toda esta serie de catastróficas desdichas del PP han dejado en la mitad el número de concejales. Y han acabado con una era.

Si se le llegó a tomar el pulso al electorado, el calendario jugó en contra. Ni el partido maniobró para lanzar a un sucesor, ni en la casa de la Gran Vía se permitió que brillara ninguna luz en otro despacho que no fuera el de la Alcaldía.

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