La crisis del PSOE reaviva las guerras internas para controlar el partido

La corrupción de los dos ex secretarios de Organización, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, abre la veda

Las afiliaciones fraudulentas para dirigir las agrupaciones y las primarias entre Susana Díaz y Juan Espadas, en el epicentro

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El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención en el Comité Federal del PSOE, el 5 de julio de 2025.
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención en el Comité Federal del PSOE, el 5 de julio de 2025. / E.P.

La abrupta salida del puente de mando del PSOE Federal de los ex secretarios de Organización José Luis Ábalos y Santos Cerdán, ha abierto la veda para el ajuste de cuentas pendiente dentro del partido socialista que no tiene que ver con la corrupción. Está centrado en las afiliaciones de militantes en las agrupaciones con el foco puesto en las primarias que se celebraron en 2021 entre Susana Díaz y Juan Espadas. Unas afiliaciones, muchas de ellas fraudulentas, que se usan para tener el control y decidir quién dirige las agrupaciones del partido. Esta batalla abierta, que se está dirimiendo en los medios de comunicación, deja ver cómo funcionaba (y funciona todavía) el mecanismo interno del PSOE que va mucho más allá de un posible amaño de las elecciones primarias.

Los socialistas experimentados, y todos los que están en esta polémica lo son, saben perfectamente que la clave está no sólo en tener los mandos orgánicos en Ferraz, sede federal, y en San Vicente, sede regional; es imprescindible controlar las agrupaciones para tener todo el poder interno.

El actual secretario de Organización del PSOE de Andalucía, Francisco Rodríguez, hace un resumen claro: “Hay compañeros que ya están preparando el día después”. Por eso, según su interpretación se están conociendo tantos detalles en estos días.

Orden cronológico

Para clarificar la actual polémica por las afiliaciones hay que remontarse a octubre de 2020. En ese año, la secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, (mano derecha de Susana Díaz que vívía sus últimos días como secretaria general de Andalucía) impuso una gestora en la agrupación socialista de Coria del Río. Su candidata, Concepción Ufano, había perdido una asamblea local y el candidato alternativo, David Díaz, no podía afiliar ningún compañero; no los inscribían y la imposición de una gestora paralizó orgánicamente todo el proceso. La oposición a Susana Díaz optó por la afiliación directa a Ferraz, una opción que se utilizó después en muchas ocasiones y que ha servido de ariete entre las diferentes partes enfrentadas.

David Díaz ganó la asamblea con esas afiliaciones y es todavía el secretario general del PSOE coriano además de estar en la Ejecutiva Provincial del PSOE de Sevilla.

El hotel de Ábalos

El siguiente hito son las primarias que se celebraron el 13 de junio de 2021 entre Susana Díaz y Juan Espadas por el liderazgo del PSOE andaluz y que el alcalde de Sevilla ganó por 5.288 votos de diferencia. Aquella contienda fue una batalla entre el poder orgánico del PSOE andaluz, cada vez más debilitado tras la pérdida de la Junta de Andalucía, y el PSOE Federal, más fuerte con Ábalos y Cerdán controlando las afiliaciones y el Comité de Garantías, a donde se puede recurrir dentro del partido.

Durante 15 días, José Luis Ábalos se instaló en un hotel en Sevilla a donde fue llamando a los diferentes secretarios generales de las agrupaciones andaluzas. “Les preguntaba dónde trabajaban, dónde trabajaba su familia y les advertía que, si el puesto dependía de alguna institución, en 24 horas estaban en la calle si no apoyaban a Espadas”, explica una fuente que vivió directamente el proceso. Como consecuencia de estas presiones, hubo importantes giros en los apoyos y Susana Díaz vio, a 24 horas de las votaciones, cómo perdía votos de los militantes que se habían comprometido con ella. “Muchos nos han pedido luego perdón en privado”, reconoce una persona que trabajó codo a codo con ella.

Susana Díaz presentó una denuncia en el juzgado de instrucción alegando fraude en unos 800 votos, denuncia que retiró puesto que, aún en el caso de darles la razón, no alteraba el resultado por la enorme diferencia que tuvo con Espadas. La ex presidenta decía ayer en el programa de Antena 3 con el que colabora que abandonó esa denuncia “para no hacer daño al partido”. “Algunos compañeros se quedaron en la calle y siguen pasándolo mal por esa posición política”.

Hay que tener en cuenta otro dato. En aquellos años, el equipo de Susana Díaz no podía afiliar a más personas porque había “un bloqueo” impuesto por la Secretaría de Organización de Ábalos y Cerdán.

Todo el poder

Tras el triunfo de Espadas en las primarias, tocaba controlar las agrupaciones de la federación socialista andaluza. Sobre todo porque había dos hitos importantes: las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023 y las autonómicas del 23 de junio de 2023. Había que terminar con todo lo que quedase de susanismo e imponer el ‘nuevo orden’ afín a Pedro Sánchez.

Los responsables de Organización no querían cargos contestatarios con el líder en ningún órgano; ya se vió en el Comité Federal que las únicas voces críticas fueron las de quienes tenían poder institucional, como García Page; o están ya fuera de la política, como el gaditano Manuel Jiménez Barrios.

En ese escenario se produjeron afiliaciones masivas en la agrupación sevillana de la Macarena, una de las más potentes del PSOE sevillano y de las pocas que les quedaba por controlar a los sanchistas (estaba también la de Triana pero era menos relevante y es la de Díaz). Carmelo Gómez, uno de los principales colaboradores de Susana Díaz y secretario general de Macarena, envió el 7 de enero de 2022, un burofax a la Secretaría de Organización, con 25 folios denunciando una “afiliación masiva” y un “pucherazo electoral” con el fin de “controlar la agrupación” por los sanchistas. Pedía “la impugnación de una afiliación indebida”, “un requerimiento que no fue atendido por la dirección federal, y cuya respuesta negativa llegó en noviembre de 2022 cuando ya habían dimitido y el nuevo secretario general de la agrupación era Pedro Ignacio González. En esa denuncia, detallaban la afiliación de personal de la Empresa de Limpieza de Sevilla, Lipasam, y de la Fundación Avanza, que prestaba servicios al Ayuntamiento. Una denuncia que tiene todo tipo de datos personales como nombre completo y DNI.

Tras eso, se celebraron elecciones municipales y autonómicas donde todos los que aparecieron en las listas eran ya sanchistas. Todos menos Verónica Pérez a la que guardaron un sitio por haber sido secretaria general de Sevilla. Las guerras internas por el control de las agrupaciones habían permanecido enterradas hasta que en uno de los audios filtrados en el caso de corrupción que se investiga, Koldo García, reconocía que había metido dos papeletas en la urna en las primarias de 2014 para aupar a Pedro Sánchez. A partir de ahí, el “pucharazo” volvió a la primera línea

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