Los andaluces huyen del Norte y el Este de la comunidad
La estrategia contra la despoblación de la Junta identifica 78 pueblos en riesgo alto
El objetivo es llegar a 10 millones de andaluces en veinticinco años contando con la inmigración
Andalucía concentra el 20% de la compra de viviendas en 2025

La situación de la comunidad autónoma es privilegiada con respecto a otros territorios de España pero los datos de la pirámide de la población empiezan a preocupar. Porque el crecimiento natural (es decir los nacimientos menos las defunciones) es negativo desde el año 2018 y la comunidad se salva gracias a los migrantes que se establecen en la comunidad autónoma. Siguiendo las recomendaciones del Comité de las Regiones de la UE, el Parlamento andaluz empezó a trabajar en 2019 en los riesgos de la despoblación y el Consejo de Gobierno ha aprobado una estrategia que tiene como objetivo llegar a los diez millones de andaluces en veinticinco años. Un objetivo ambicioso ya que ahora hay 8.663.175 personas censadas en la comunidad a fecha 1 de abril de 2025.
Claro que no se trata sólo de que aumente la población sino de cómo se distribuye porque la realidad actual es muy desigual. El 85,4% de los andaluces reside en municipios de más de 10.000 habitantes; de éstos el 40% en localidades de gran tamaño, más de cien mil habitantes. En términos generales, son malos tiempos para el mundo rural; los andaluces se marchan de la zona Norte de Huelva, Córdoba y Jaén, y también de Almería y la sierra de Granada. Sevilla y su área de influencia, Málaga y la Costa del Sol y Huelva junto a la zona industrial, son las zonas preferidas para vivir. Esos lugares y la provincia de Cádiz en su totalidad ya que es la única de Andalucía que no tiene ningún municipio en riesgo alto de despoblación, ni los de la sierra.
Según el estudio de la Junta, elaborado con datos estadísticos de varios institutos de la administración y el trabajo de expertos coordinados por la Consejería de Administración Pública que dirige José Antonio Nieto, hay 78 pueblos en riesgo alto de despoblación; el mayor número de ellos está en Granada (30), seguido de Almería (22), Málaga (8), Córdoba (7), Huelva y Jaén con cinco cada una y Sevilla que tan sólo tiene una localidad, Almadén de la Plata.
Estos pueblos suman menos de 20 habitantes por kilómetro cuadrado, no registran crecimiento de su población, la edad media de los habitantes está por encima de 50 años, hay más dependientes que menores de 16 años y hay una alta tasa de masculinidad. Eso además de un importante índice de paro.
Las propuestas
La mejora de las infraestructuras de transporte y la conexión digital son básicos para la atraer habitantes a estas zonas. Los nómadas digitales que han surgido tras el covid son una oportunidad para el resurgir de estos pueblos. Pero no es la única.
El Barómetro Andaluz del Centra publicado esta semana refleja que el principal problema de los andaluces es el paro a pesar de la situación de bonanza económica. El reto de la Junta pasa por lograr que esas zonas se conviertan en una oportunidad laboral para las familias. En este sentido, se ha diseñado un plan de retorno de la población andaluza en el exterior que pasa, entre otras cosas porque el Programa de Ayuda a la Rehabilitación de Vivienda se priorice, entre otros colectivos, a las personas que quieran volver a su población y vivir de nuevo en su localidad de origen. Una medida que también busca el retorno del talento andaluz con los programas específicos que pasan por ofrecerles oportunidades laborales.
Un camino para lograrlo es fomentar la formación profesional (FP), adaptándola a las demandas y necesidades de los sectores económicos de implantación en el territorio, con el fin de que se produzca un enriquecimiento recíproco, de manera que el alumnado se forme para poder potenciar la economía del municipio, especialmente entre los colectivos más jóvenes y/o vulnerables.
También se recoge entre las políticas a desarrollar el fomento del emprendimiento y la ayuda a la formación y al comercio. La apuesta por la sostenibilidad y las políticas de conservación del medio ambiente tienen un papel relevante en la revitalización del mundo rural.
Los pueblos en riesgo de despoblación
Almería: Albanchez, Alboloduy, Alcóntar, Alcudia de Monteagud, Bacares, Beires, Benitagla, Benizalón, Bentarique, Canjáyar, Castro de Filabres, Cóbdar, Líjar, María, Ohanes, Oria, Padules, Paterna del Río, Rágol, Sierro, Tres Villas,Velefique. Córdoba: Fuente Obejuna, La Granjuela, Pedroche, Santa Eufemia, Torrecampo, Valsequillo, Zuheros. Granada: Albuñuelas, Algarinejo, Almegíjar, Alpujarra de la Sierra, Alquife, Cacín, La Calahorra, Castilléjar, Castril, Cortes de Baza, Dehesas de Guadix, Ferreira, Galera, Gobernador, Gor, Gorafe, Los Guájares, Jerez del Marquesado, Juviles, Lugros, Morelábor, Murtas, Piñar, Rubite, Sorvilán, Torre-Cardela, Torvizcón, Turón, Válor, Villanueva de las Torres. Huelva: Berrocal, Cumbres de San Bartolomé, Encinasola, La Nava, La Zarza. Jaén: Albanchez de Mágina, Cazalilla, Génave, Hinojares, Villarrodrigo. Málaga: Alfarnate, Alfarnatejo, Alpandeire, Cañete la Real, Comares, Genalguacil, Jimera de Líbar, Sedella. Sevilla: Almadén de la Plata.
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