Hace uno días nuestro periódico publicaba un llamativo titular: “Esta fotografía de Huelva podría convertirse en el rincón favorito de España”. Es una de las nueve imágenes tomadas en Andalucía que optan al primer premio del certamen fotográfico de categoría nacional “Mi rincón favorito”. La foto es un atardecer en Mazagón, realizada por la fotógrafa granadina Lucía Gómez, y es fiel reflejo del encanto fascinante y cautivador de esas puestas de sol, de esos ocasos ensoñadores y mágicos que a diario vivimos en esta playa de privilegiado encanto y singular belleza Y aquí estamos, disfrutando de un paraje que adoramos y gozamos desde hace más de medio siglo, aunque contando con inconsolable melancolía los días de permanencia en tan paradisíaco lugar porque el verano se acaba y hemos de regresar a la rutina otoñal que nos marca una realidad muy distinta.

La evidencia de ese valor impagable de esta valiosa joya de nuestro litoral con la extensión inmensa y encantadora de sus inmensas playas, sus médanos dorados, únicos e impresionantes, su tranquilizador ámbito de calma y serena fascinación, sus parajes salvajes, solitarios de un sensual atractivo natural, de una luz deslumbradora y total, es un lugar de nuestro litoral que conserva ese aire familiar, sencillo y entrañable de las tradicionales playas onubenses. Sin un desarrollo notable del turismo se ve lejos aún del excesivo agobio de esas crecientes y ominosas aglomeraciones.

Entre tantas vivencias y recuerdos de Mazagón destaca en mi memoria la Operación Steel Pike, en octubre de 1964, que cubrí informativamente para la radio. Unas espectaculares maniobras militares anfibias de singular envergadura en las que miles de soldados, marines de los Estados Unidos, un centenar de barcos y submarinos, lanchas de desembarco, helicópteros, tanques, artillería autopropulsada e incontables vehículos - apoyados por bombarderos, cazas y aviones de transporte -, invadieron las blancas arenas de la playa, en lo que se suponía la ocupación de un territorio hostil asediado por una potencia invasora. Un espectáculo impresionante y único, hasta el momento irrepetible en Huelva.

Otra grata evocación fue años más tarde, en 1967 cuando se rodaba la película “Los pájaros van a morir al Perú” (1968), que dirigía su autor el novelista y diplomático, Romain Gary, dos veces premio Goncourt, con un reparto excepcional del cine francés: Maurice Ronet, Jean Seberg, estadounidense afincada en Francia y casada con Gary, Pierre Brasseur y Danielle Darrieux. Recuerdo especialmente una secuencia rodada en la Torre del Oro o Pico del Loro, como dicen los antiguos aquí, y mi larga entrevista que grabé con Maurice Ronet, un personaje entrañable, cordial, culto e ingenioso. Algún tiempo después Ricardo Bada localizó una postal, que guardo, con un paisaje de la costa de Perú similar a la de Mazagón, éste rincón favorito, que no es el de aquellos tiempos pero conserva todo su encanto y singularidad..

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