Visiones desde el Sur

Dedazo

Andalucía no necesita que Madrid imponga quién debe ser la persona que dirija el socialismo en nuestra tierra

Dice Byung-Chul Han que "una conciencia incapaz de estremecerse es una conciencia cosificada". Cito al filósofo coreano porque viene al pelo para lo que resta de este artículo.

El cardenal José Luis Ábalos ha dado instrucciones al obispo de Sevilla Juan Espadas, siguiendo instrucciones del dios de Ferraz, para modificar, utilizando toda la fuerza orgánica del aparato socialista el fluir natural de las cosas en Andalucía. Objetivo: cargarse como sea a Susana Díaz, solo y exclusivamente porque se negó a creer en un pretérito, que Pedro Sánchez fuese dios alguno, sino alguien que podía poner en riesgo la hegemonía de dicho partido en el territorio nacional, como sin duda está ocurriendo a pesar de que, con alfileres, conserve el gobierno de este país.

Se trata sin más de utilizar a cuantos tragaldabas se presten a ello, para destrozar una reputación personal, deslegitimar una acción de gobierno y ahora de trabajo en la oposición, llenar de inmundicia dialéctica los oídos de los afiliados a dicho partido y sembrar el asombro en el socialismo andaluz.

El PSOE sigue envejeciendo sin hacerse mayor, sin aprender. Lo que prima para desgracia de muchos socialistas y la alegría de otros partidos políticos es la sumisión. No la disidencia que hace evolucionar a las personas que conforman los diferentes pueblos de España, no; sino la subordinación absoluta, la inclinación de cerviz ante los dictámenes de la mesa camilla de Ferraz: del aparato incontestable, preclaro y omnisciente.

Me han llamado muchas veces indisciplinado a lo largo de mi vida y espero seguir escuchando la tal cosa lo que me reste; porque contra el despotismo hay que luchar a cada instante. Y en un partido de izquierda mucho más. Porque, eso significa tener criterio propio de lo que ocurre a nuestro redor y no estar dispuesto a aceptar imposiciones provengan de donde fueren.

Andalucía no necesita ni quiere ni desea que desde Madrid se imponga quién debe ser la persona que dirija el socialismo en nuestra tierra. Y eso es lo que están queriendo hacer con el señalamiento del citado obispo de Sevilla.

Supongo que les suena a los alabarderos del designado por el dios que todo lo sabe, ese asunto de la equidad, la igualdad, la libertad, la confraternidad, la solidaridad. Bueno… pues Ferraz, lo que debía hacer es callarse y no inclinar la balanza hacia lado alguno, porque de esa manera rompe la democracia interna en un partido político que no se merece la tal cosa.

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