Visiones desde el Sur

Disquisiciones (y X)

Puigdemont sigue mintiendo con el único objetivo de conseguir que algún país europeo lo respalde

Todos los nacionalismos son excluyentes. Ya lo he dicho. A quienes no confiesan con sus ideas los machaca. Los arrincona, los carga con una culpa que no es otra cosa que la falta de afinidad con sus ideas, por muy retrógradas y anticonstitucionales que estas sean. No importa. El nacionalismo genera odio, malestar, miedo incluso… No estoy diciendo barbaridad alguna. Tengo familia en Cataluña y sé que hay broncas entre hermanos, entre padres e hijos, entre amigos, solo y exclusivamente por no compartir sus ideas, por no seguir la senda secesionista de una panda de locos. Que sí, que cada cual tiene derecho a pensar como desee, vale. Pero dentro de las normas, dentro de las leyes. Y la Constitución es el marco legislativo que nos hemos dado, catalanes incluidos. Esto es así y no admite enmienda, excepto las recogidas en la ley para modificarlas; los independentistas saben en qué capítulo y en qué artículos están, pero eso no les interesa.

Uno no puede saltarse los semáforos que permiten la convivencia en paz y libertad y esperar que un vehículo que circule reglamentariamente por un cruce no se lo lleve por delante. No. Así no se hacen las cosas.

El Sr. Puigdemont sigue mintiendo descaradamente con el único objetivo de conseguir que algún otro país europeo lo respalde y se asiente en ellos la peregrina idea de que en España no hay una democracia real, de que la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) es un cuento chino en nuestro país y que él y sus consejeros son reos políticos de un régimen fascista. Mienten como bellacos, él y todos aquellos que les siguen.

El expresidente catalán es un iluminado. Y pido perdón si alguien se siente ofendido, pero este tipo de personas son muy pero que muy peligrosas. Demasiado. De la no obediencia a ley alguna a la dictadura solo hay un paso. Demasiados ejemplos hay en la Historia para que yo tenga que poner unos cuantos. No lo haré.

No voy a hablar más del tema catalán hasta que no pase el 21-D. Pasada esa fecha vendrá lo que deba venir. Estoy harto. Al igual que la mayoría de españoles incluidos los catalanes. Me parece muy peligroso el apoyo de Rusia a este proyecto secesionista. ¿Se imaginan a una Cataluña separada de España y apoyada por Putin? Una comuna rusa entre Francia y España. ¡Menudo pelotazo! En medio de Europa, con el Mediterráneo al frente y los países árabes a tiro de piedra. No. No cuenten conmigo para semejante estrategia. Paso.

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