Sabiendo dar a cada rival su sitio, en el caso del Eibar las palabras de Emery no eran nada vacías. La temporada de los guipuzcoanos es de ensueño para un recién ascendido que además vive su estreno en la categoría. Pero está haciendo las cosas tan bien a base de apretar los dientes que la comparación del de Fuenterrabía no podía más que llamar la atención.

"Lo comparo, por cómo actúa a nivel individual y colectivo y con sus limitaciones, a una versión paralela a lo que pueda ser el Atlético. Juegan muy juntos y tienen un trabajo desarrollado con las cosas muy claras. La dificultad está ahí por su gran temporada, porque están en mitad de la tabla con merecimiento y compiten en todos los partidos. Unos para ganar, y otros, si es para perder, hacerlo siempre de pie", comentó Emery en su rueda de prensa, en la que fue preguntado por otras cuestiones.

Uno fue el asunto de la anomalía cardiaca detectada a Mbia y otro, las opciones de jugar de Krychowiak, baja el jueves con un esguince de tobillo. "En el tema de Mbia tengo pocas noticias, pero sobre todo una: la plena confianza en el club y en los doctores. Está jugando con normalidad y es muy importante para nosotros esa pareja que hace con Krychowiak. A éste si le preguntas te dice que quiere jugar y he tenido pocos jugadores que te digan eso con dolor, porque al final hablamos de su propia salud. Si no juega será porque los doctores y yo tengamos que pararlo. Su paso al frente está muy claro, de momento el doctor dice que si él se ve, puede jugar", indicó.

Por último, se refirió a la llegada de las vacaciones. "El partido de mañana me dice mucho y tengo ganas de ver al equipo jugar bien para lograr los tres puntos. No pienso más allá. Yo cuando descanso uno o dos días ya tengo ganas de volver, y ahora mismo lo que quiero es ser el hombre más feliz del mundo mañana a las siete menos cuarto", puntualizó.