Huelva

Alosno llora la muerte de Santiago Osorno Orta

Imagen retrospectiva de Santiago Osorno Orta.

Imagen retrospectiva de Santiago Osorno Orta.

No por esperada ha sido menos sentida su muerte en Alosno y en toda la provincia de Huelva. La mañana del lunes fue el momento de la partida de Santiago Osorno Orta, alosnero de pro, reconocido flamencólogo y respetado hombre de terruño, fallecido a los 90 años después de una larga vida entregada a su familia, a su pueblo y a su identidad.

Santiago Osorno fue distinguido con los más altos honores que puede tener una persona de sus convecinos: reconocido como hijo predilecto de Alosno, honrado con la Medalla de Oro del municipio y nombrado cronista oficial local, además de una plaza rotulada con su nombre en su pueblo.

El propio Ayuntamiento alosnero se despedía de él en este periódico ayer martes, con una glosa sincera dedicada al “Noble caballero andante / heraldo de la palabra, / aventurero del arte / que sentencia cuando habla / cual trovador elegante”. “El Alosno supo honrarte / a lo largo de tu vida / y como fiel estandarte / tu esencia queda prendida / para siempre al recordarte”. Tres días de luto oficial han sido decretados en la localidad andevaleña, con banderas a media asta hasta el mediodía del jueves.

Probablemente pocos hijos de un pueblo cuenten con ese cariño incondicional de sus paisanos, unánime, real y merecido, como el que se lleva Santiago Osorno Orta, orgulloso alosnero de pro, aunque la primera luz la viera en la capital. Andevaleño entregado al amor a su tierra y a las señas que han contribuido a forjar el carácter de la comarca.

Su vida laboral siempre estuvo vinculada a la Compañía Española de Minas de Tharsis, pueblo hermano que también quería. Su trabajo diario, sin embargo, asumido con pasión y vehemencia, fue el flamenco y el fandango, del que fue uno de sus más firmes valedores hasta el final, siempre impulsando cada año para que creciera ese certamen anual que ha alcanzado un gran prestigio gracias a su constante apoyo.

Fue íntimo amigo de Paco Toronjo, el fandango hecho hombre en Alosno, honrado para siempre en ese concurso estival. Aunque Santiago Osorno hizo su propia carrera para difundir y elevar el valor del palo alosnero más allá de la propia dignidad que ganó en el último siglo como cante.

Y esa pasión flamenca le ha llevado a ser referente indiscutible para peñistas, aficionados y artistas de toda la provincia, que sin duda han lamentado su pérdida en este arranque de la última semana de noviembre, que queda marcada por la pérdida de un alosnero ejemplar.

La casualidad ha querido que haya fallecido justo 10 años y 5 días después de aquel homenaje coral del flamenco de Huelva y del resto de España que se le tributó en la Peña Flamenca de Huelva, de la que fue socio de honor.

Y no fue sólo el cante, no fue sólo el fandango y su infinita sabiduría, siempre compartida con generosidad. Defendió y divulgó otras expresiones populares ligadas a su pueblo, como las cruces y las fiestas de San Juan. Y lo seguirá haciendo allá donde esté.

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