Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

El partido de Rosa Díez en Huelva

DESDE aquella malograda experiencia del caso Roca, en la que un político se gasta más de cinco mil millones (de pesetas) -de donaciones en muchos casos- para presentar un partido de nueva creación en unas elecciones nacionales y no llega a sacar ni un solo diputado, los políticos tendrían que tentarse la ropa antes de producir inventos.

El partido de Rosa Díez, por ejemplo, parte de una buena causa, está liderado por una gran mujer y tiene gente de variado perfil, desde agraviados de anteriores partidos hasta intelectuales comprometidos con una ética poco común en política. En Huelva, Rosa Díez ha captado a personas que vienen de otros partidos y en ellos tuvieron problemas. Es decir, hay una amalgama de voluntades con diferente origen entre una nube teórica de buena intención apoyada en testimonios de lucha por la libertad frente al terrorismo.

Sin embargo, las encuestas y la propia realidad de esta precampaña que nos envuelve apuntan a que el partido de Rosa Díez no va a tener el mínimo espacio que se necesita para estar presente en el Congreso: el intento puede convertirse en una frustración de bienpensantes y bienintencionados... La crueldad de la política.

La última vez que Rosa Díez estuvo en Huelva para hablar lo hizo desde un atril del PSOE, partido en el que aún era militante, en el referéndum para la Constitución europea. En aquel momento, Rosa Díez contó con una elocuente presentación a cargo de Antonio Ponce, presidente de los empresarios. La vida da sus vueltas y es posible que hoy ni don Antonio apueste por una mujer que se merece lo mejor.

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