Políticamente incorrecto

Francisco Revuelta

Habría que inventarlo

En el día de ayer, en este periódico se publicó un artículo de Isidoro Moreno sobre el andalucismo, conocedor de la historia del mismo no sólo por su paso por la política sino porque su tema principal de investigación es el de la identidad andaluza. Aunque pudiera discrepar o, más bien, matizar algunas de sus opiniones, en general, sus palabras podrían calificarse de juiciosas y con sentido. Llegaba a la conclusión de que no estaba de acuerdo con quienes pregonan el fin de este movimiento político, pero abogaba porque se cerrara una etapa y se abriera otra que no se construyera en ideas y personas caducadas ni a partir de restos averiados de diversos naufragios.

En más de una ocasión me he pronunciado afirmando que si el andalucismo no existiera habría que inventarlo. A pesar de los pesares y de todos los errores que hayan cometido sus dirigentes -todos, de cualquier partido, los tienen -, su trayectoria demuestra su necesidad, desde sus orígenes hasta el presente, aunque su peso político haya sido más bien escaso. Por tanto, el andalucismo ni puede ni debe desaparecer. Sin embargo, a nivel operativo, la formación mayoritaria, el Partido Andalucista, atraviesa una grave crisis como consecuencia del resultado de las elecciones y si esto es así ¿cómo pervivirá esa ideología y movimiento político que se consideran necesarios? Obviamente, con un nuevo y más que importante esfuerzo de sus militantes, que habrán de conseguir una renovada confianza social en sus siglas, pero para ello se tienen que dar algunos requisitos. El primero es que se produzca una asunción clara e inequívoca por parte del secretario general, Julián Álvarez, de su responsabilidad en el mayor fracaso electoral habido en el partido. Esto es, sencillamente, una mera cuestión de ética política. Pero, además, a partir de ahí hace falta un pronunciamiento explícito de éste de que no se presentará ni asumirá ningún cargo en la dirección que salga del próximo Congreso Extraordinario. Que mire hacia atrás y comprobará que otros secretarios actuaron en su día de esa forma. Ahora bien, el asunto no es sólo un problema de un nombre propio sino que hay que extenderlo a una línea y estrategia políticas concretas. Por eso, la vía no está en que los actuales dirigentes traten de ver cómo se reubican -en consonancia con lo expresado por Moreno- para que el cambio suponga seguir igual o, mejor dicho, que continúen los mismos, sino en la generación de nuevas ideas y planteamientos que sitúen al PA en condiciones de defender mejor a Andalucía dentro de un mundo globalizado y de tener el apoyo de los andaluces. Para lograrlo es imprescindible que aparezcan otras caras con una política responsable y rigurosa que ilusione. Las de ahora no lo hacen.

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