el aguaó

Antonio / Frochoso / Gil

Desde calle Santa María

DÉCADAS, la Hermandad de la Oración en el Huerto fue santo y seña de las cofradías onubenses. No había actos, cultos o estrenos en la archicofradía del que las demás no se fijaran para hacer ellas lo mismo. Fueron décadas, especialmente los sesenta a los ochenta, en el que hasta se le llamó la Madre y Maestra de nuestras cofradías. Pero no sólo en el apartado cofrade propiamente dicho, pues fue la primera en nuestra ciudad en tener casa de hermandad, así como la primera en formar una cuadrilla de hermanos costaleros. También en el deportivo y, sobre todo, en lo humano destacó sobremanera. Aquellos años gloriosos del Club Atlético Veracruz quedarán para siempre grabados en la memoria no solo para los hermanos de la Oración, sino para toda una generación de la sociedad onubense. Nunca Huelva le podrá pagar a personas como Manolo Sánchez el abnegado sacrificado y altruista trabajo que hizo con los jóvenes de aquellos años. Los formó deportiva, cristiana y humanamente como quizás nunca vuelva a repetirse en generaciones venideras. Yo mismo me honré en formar parte de uno de sus equipos, concretamente jugando al tenis de mesa, formando pareja con mi gran amigo Carlos Hierro, alias El Columna, para mayor gloria de su trabajadera. Luego, por diferentes motivos, la hermandad fue decayendo de una manera alarmante.

Pero afortunadamente esa decadencia se ha ido superando en los últimos años. Y hoy en día, desde la calle Santa María, la Hermandad de la Oración en el Huerto está resurgiendo de sus cenizas de una manera más que palpable e innegable. Un buen trabajo que comenzó con José Antonio Márquez como hermano mayor, pero que con Paco Martín se ha ampliado y superado con creces. Él es el gran responsable, junto a un numeroso grupo humano volcado con él y junto a él, de todo lo bueno y bien que se está haciendo en la archicofradía. Más de 150 nuevos hermanos con el consiguiente aumento de las filas de los nazarenos; una política de restauración de enseres y su forma de conservarlos que, en años no habrá que tocar; unas cuadrillas de hermanos costaleros que doblan años tras años donde Manolo 'Carnicerito' es el gran valedor de todo ello; altares de cultos como en sus tiempos más esplendorosos; cuestaciones solidarias importantísimas, la última de más de mil kilos de alimentos. Verbenas o convivencias que están haciendo no solo que los hermanos vuelvan a la casa de hermandad, especialmente los jueves. Hasta son los propios vecinos de las calles Santa María o Alfonso XII los que la están haciendo suya, de tal manera que hoy en día es uno de los sitios emblemáticos e imperdonable perderse para ver pasar a la cofradía el Jueves Santo. Si, es de mi hermandad de la que escribo hoy. Y para bien, porque se merece que se reconozca el trabajo que se está haciendo y porque es bueno que nos sintamos orgullosos de a lo que pertenecemos y hagamos todo lo posible por mantenerlo y si podemos engrandecerla aún más. Y así cada uno en la suya.

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