Políticamente incorrecto

Francisco Revuelta

Gestionarlas crisis

EN principio a nadie le gusta pasar una crisis. Se la valora como algo perjudicial y susceptible de dejar secuelas, incluso, por mucho tiempo. Por eso, hay quienes adoptan un estilo evitativo que los salvaguarden de toda situación de riesgo que los conduzcan a alguna, eludiendo cualquier clase de circunstancia que les complique la vida. Actuar de este modo, por supuesto, tiene su beneficio. Reduce el número de disgustos y genera menos inseguridades, los cuales son molestos. Sin embargo, con ser cierto parcialmente lo dicho, las crisis también tienen sus ventajas si se saben gestionar adecuadamente, pues permiten reflexionar sobre lo conseguido, perdido, hecho, no realizado y hacia donde se va, con la oportunidad de cambiar el rumbo para dirigirse a puertos más sugerentes. Esto es válido tanto a nivel personal como social. Un breve repaso histórico en los campos político, artístico o científico deja al descubierto de inmediato cómo pequeños y grandes avances se han producido gracias a los conflictos, dudas y tensiones, como exponentes de crisis, que los precedieron y que obligaron a superarlos.

El que un partido político en la oposición se quede tal como estaba en el número de votos y de representantes tras unas elecciones ya es un problema. El estancamiento es indicativo de que no se ha sabido aprovechar los errores ineludibles de quien gobierna y de que no se ha sido capaz de generar nuevas confianzas e ilusiones. Pero aquél es peor, obviamente, cuando se retrocede. Tarde o temprano, cualquiera de estas coyunturas, sobre todo si se repiten, garantizan el que aparezca una crisis en su seno. En este 2008, con la excepción del PSOE, todos los partidos la tienen. La más sonada es la del PP por su repercusión mediática, pero de ella no se salvan ni IU ni el PA, si bien sus realidades son muy distintas. La del primero de ellos se está librando preferentemente en los medios de comunicación social, con el espectáculo entre Aguirre y Rajoy que, de continuar, les pasará factura por el desgaste. La de IU es callada e interna. La coalición no levanta cabeza y sigue dependiente de que el PSOE se debilite para salir como salvadora, con una bomba de relojería en el Parlamento andaluz -Sánchez Gordillo- y con una referente -Rosa Aguilar- muy distanciada. Por último, la del PA está más silenciada porque los medios han dejado de mirar hacia él una vez que se ha convertido en extraparlamentario. ¿Servirán estas crisis para que mejoren? Tengo la sensación de que, de momento, no. El PP no va por buen camino por sus rifirrafes y cruces de declaraciones, IU permanece en estado de shock y el PA necesita de una inyección de adrenalina que los actuales dirigentes son incapaces de proporcionar. Es una pena que no aprovechen la ocasión.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios