Aforismos en San Telmo

Una reflexión breve, bien enmarcada, solventa un problema inmediato y compromete poco

Coincidiendo con el cambio de año, época que se presta a recapitulaciones, se han publicado en estas mismas páginas una serie de artículos de Francisco J. Ferraro, Juan Ramón Medina Precioso, Sebastián Chávez de Diego, que, más allá de las valiosas opiniones personales expresadas, quizás transmitan un estado de ánimo social mucho más amplio. Por otra parte, en los últimos tiempos, obligado por las tensiones políticas provocadas desde la Moncloa, el presidente de la Junta de Andalucía ha hecho públicas algunas réplicas relativas al papel de Andalucía ante tales sucesos. Estas afirmaciones de Moreno Bonilla, al venir exigidas por esos acontecimientos, buscaban el efecto mediático de una urgente clarificación. Tal vez era lo oportuno. Pero si se revisan sus declaraciones en un plazo más amplio, se deduce que ese estilo de despachar asuntos importantes por medio de sentenciosas y llamativas frases se ha convertido en costumbre. Porque, en efecto, una reflexión breve, bien enmarcada como si se tratase de un aforismo, causa efecto como titular en un periódico, solventa un problema inmediato y compromete poco. Pero, al mismo tiempo, también transmite la impresión de ser una cómoda forma de improvisar y ganar tiempo. Y, como consecuencia, cabe preguntarse, si esas respuestas puntuales –que ya han sido muchas– tienen detrás, en la cabeza del presidente de la Junta, una idea global de Andalucía en la que se entrelacen sus demás problemas, conflictos y carencias. Quizás no sea muy atrevido suponer que las críticas y quejas de las firmas de este periódico citadas antes, y otras que podrían añadirse, dudaban, por decirlo de una forma moderada, de la existencia, entre las personas que mandan en San Telmo, de esa idea, es decir de un proyecto que articule todos los hilos sueltos y parches abiertos que desequilibran y descomponen la vida social andaluza. Y, a este respecto, es suficiente con leer las referencias a las estadísticas aportadas por el profesor Ferraro para saber en qué penosa situación yace esta comunidad en relación con las españolas restantes. Incluso, podría añadirse que ese necesario proyecto movilizador, capaz de englobar y conectar, cuando menos en teoría y por escrito, los muchos problemas existentes, si realmente no existe (cosa muy probable, porque no es tarea fácil realizarlo), desde el mismo San Telmo, se podría reconocer humildemente su necesidad y encargar ya su ejecución a voces representativas y preparadas (en Andalucía abundan) de lo que antes se llamaba Sociedad Civil. No sería una mala iniciativa.

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