Aestas alturas ya pocos en el Recreativo de Huelva confían en poder fichar en el mercado invernal. Sólo un milagro permitirá al Decano levantar sus derechos federativos. El club lo intentará hasta el último instante con el teléfono en una mano y la agenda en la otra. Hay opciones en el mercado de sobra, pero lo difícil será poder acudir a él. Por ello de lo que espera en las jornadas que faltan hoy toca un buen ejemplo. Las dos principales novedades en la convocatoria para Almendralejo son jugadores con los que hace diez días ya nadie contaba en Huelva. Si Ubay e Iván Aguilar se quedan es cierto que será más obligación y por necesidad que por deseo, pero no por ello podemos permitirnos el lujo de no recuperarlos para la causa y ahí todos sumamos.

Los necesitamos a los dos. A día de hoy uno es el mejor delantero al que podemos aspirar y el otro un central fiable con el que suplir las carencias obvias de la zaga. Si les pedimos que nos ayuden a conseguirlo debemos corresponder tendiéndoles la mano. Centremos las energías en los rivales.

Ante la probable imposibilidad de reforzarse se abre una perentoria realidad. Este Decano necesita lo mejor de todos los que están/estamos dentro y a su alrededor. Hay que exigirles a los futbolistas que cumplan sin convertir la exigencia en una presión perniciosa.

Con el de esta tarde le esperan 16 encuentros con la vida en juego. Pase lo que pase en Almendralejo nada será determinante ni estará dicho. Queda mucho que pelear. Otra vez la lucha titánica por la permanencia sin recursos y con una plantilla a todas luces descompensada, afirmación del propio Pavón. Es por ello que las posibilidades reales de lograr la salvación pasan por recuperar la mística de la campaña pasada, por esa unidad que permitió a un Decano desahuciado aferrarse a la vida. Para lograrlo necesita lo mejor de todos.

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