El mundo del fútbol es el mundo de los tópicos. Las ruedas de prensa de los futbolistas, los comentarios de los periodistas en televisión y, por supuesto, los superficiales análisis de los aficionados están cargados de frases hechas que ya difícilmente van a ser erradicadas y que sirven para explicar muy poco de lo que ocurre durante los encuentros. Una de ellas es la de que lo que importa es el resultado, una afirmación que, con mucha frecuencia, suele ir acompañada, tarde o temprano, del argumento de que hay que echarle más huevos que el rival. Todo muy literario. Es obligado que los futbolistas de tu equipo tengan intensidad. Es parte de su trabajo, de hecho. Sin embargo, pocas veces es posible superar al rival en esa faceta, precisamente, porque el equipo contrario tiene el mismo objetivo. Por eso, lo lógico es que los huevos que haya en un terreno de juego sean los mismos en ambos bandos, tanto literal como metafóricamente. En el fútbol la diferencia se trabaja. La pizarra, el talento y la lectura de los partidos inclinan la balanza hacia un lado o hacia otro en un altísimo porcentaje de encuentros. Cuando un aficionado o periodista afirma con rotundidad que en el fútbol lo que importa son los resultados, habla como si el vencer fuese elegible. Como si hubiera una fórmula matemática para alcanzar ese ansiado final. Pero no la hay. No es tan fácil como decir: "Si lo importante es ganar, voy a ganar". El fútbol no se puede simplificar porque es un deporte demasiado complejo para ello. Vencer no se decide y normalmente suele ser el resultado de hacer más cosas bien que el adversario. No soy entrenador. No puedo ponerme en la piel de un técnico en este tipo de situaciones. Sin embargo, sí me voy algo mosqueado a casa cuando mi equipo gana sin merecerlo y el disgusto en una derrota se suaviza si veo que el rival ha sido superado en todo salvo en el resultado. Ganar es el objetivo, y no se me ocurre una mejor forma de llegar hasta él que trabajando hasta alcanzar la perfección con el estilo de juego que elijas. Los huevos, para la tortilla.

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