Arrancó la segunda vuelta del campeonato en Segunda B y el Recreativo compareció en el Colombino con los mismos males de siempre, todos los que le ha acompañado en lo que va de Liga. Pareció, en la segunda parte, que el tiempo no ha pasado, lo que le condujo a terminar pidiendo la hora, fundido, sin recursos físicos ni técnicos. Es más, quedó la impresión de que si el Marbella se pone flamenco del todo, se hubiera llevado el partido. Es la situación, que te hace peor de lo que realmente eres. La falta de confianza, al margen de las enormes carencias que tiene la plantilla. Hay quien desmiente que el Decano tenga que hacer una segunda vuelta de cine para salvarse. Igual es que en las cuentas sólo contempla que sea el Recre el único que sume puntos por cero los demás.

A estas alturas seguimos hablando de sensaciones, lo que te deja en la duda más acusada. Da la impresión de que al Recre sólo le queda el corazón para subsistir. Si analizamos las líneas y lo que aportan, la preocupación se eleva al infinito. Comenzando por la línea defensiva, sólo tiene dos centrales, cuyas virtudes no son precisamente sacar el balón jugado con criterio desde atrás. Laterales cortos; centro del campo sin apenas imaginación, sólo dependiendo de lo que invente Miguelito y de la parte de arriba ni hablamos. Cuando el entrenador apuesta por un jugador que no es delantero teniendo a dos en el banquillo, determina que la confianza es inexistente en los arietes. A todo eso hay que añadir que hay jugadores con la cabeza en coger la escapatoria antes de juramentarse para salvar la situación.

Con los derechos federativos secuestrados, el panorama es aterrador. Tendemos a desdramatizar el fútbol porque el fútbol debe ser motivo de alegría. Y no piensen que uno tiene la tendencia de ampararse en el pesimismo. Todo lo contrario. El problema es que por mucho que escarbo no encuentro motivos. Ojalá lo desmientan todo con un partidazo en la Nueva Victoria y la pesadilla comience a remitir. Tal cual el panorama la plantilla tiene la palabra, como casi siempre. Pero para llegar a la escapatoria no bastará con el corazón. Hace falta fútbol y que el equipo no juegue como si estuviésemos en pretemporada.

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