La compañía de calzado deportivo más conocida del mundo continua con problemas de demanda y no consigue conectar con sus usuarios como antes. Nike prevé que sus ingresos y beneficios aumenten el próximo año fiscal a pesar de la caída del primer semestre, excluyendo el impacto de un plan plurianual de reducción de costes ante la menor demanda de sus zapatillas y ropa.

“Sabemos que Nike no está rindiendo a nuestro potencial”, dijo John Donahoe, consejero delegado, en una conferencia con analistas. “Ha quedado claro que necesitamos hacer algunos ajustes importantes”. Donahoe esbozó un plan de reestructuración en diciembre para recortar 2.000 millones de dólares en costes en los próximos tres años en respuesta a la debilidad de las ventas. Nike dijo en febrero que recortaría el 2% de su plantilla mundial como parte del plan. La primera parte de este plan ha sido deshacerse de los productos más antiguos para dejar espacio a los nuevos, después de que un exceso de existencias afectara a la empresa el año pasado. Los inventarios cayeron un 13% en el trimestre.

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