Dos equipos muy diferentes comparados con sus respectivos arranques, ahora reforzados sus rendimientos progresivos, tras los cambios en sus banquillos en octubre del pasado año. Eloy Jiménez tomó el Mérida con la influencia desde el terreno y Juanma Pavón accedió al cargo teniendo el inconveniente de hacerlo con el mando a distancia. El balance general es favorable a Eloy Jiménez, que estando el Mérida en descenso (cuarto por la cola con 7 puntos) lo impulsa al quinto puesto (53 puntos), a uno de la promoción de ascenso sumando 46 de los 72 puntos en juego. Más de dos meses sin perder con seis triunfos y tres empates.

Juanma Pavón cogió al equipo en promoción de descenso (10 puntos) y sufrió bastante desde la grada (12 puntos en 12 partidos), una vez ratificado el acuerdo con Ceballos, se activó el efecto del técnico onubense con 18 puntos en 10 partidos. Y un reto: 14 meses (enero 2016) sin repetir dos victorias seguidas. Nunca tanta espera para disfrutar de un premio tan magnífico y hay jugadores menos utilizados con las piernas y las mentes frescas. Mención especial: un "chiquillo", el incombustible Antonio Núñez (38 años), que goza del elixir de la eterna juventud ¡quién le iba a decir al madrileño que en su madurez se convierte en el estandarte de la ilusión del Decano y ejemplo de solidaridad!

La línea ascendente de convicción de Recreativo y Mérida promueve un desafío por las pretensiones opuestas de ambos, más próximo para los onubenses que tienen por delante certificar una tranquilidad tremenda, aunque el envite no debe traspasarle la ansiedad por su trascendencia y sacar mucho oficio en función del transcurrir de los minutos. Al Recreativo le cuesta propuestas de control de juego. El Mérida basa sus opciones en la iniciativa para satisfacer sus recursos ofensivos. Sus mejores versiones para cumplir retos. Pero, el Decano lucha por el sentido de reflotar su vida.