El recreativismo se hace preguntas sin respuestas fidedignas. La impresionante deuda para un club humilde y sin liquidez no es sorpresa. No hay calderilla ni para invitar a un café. La caridad y la buena fe de los colaboradores sostienen la moral de una clase obrera que tiene la sala del psiquiatra a tope. Las sanciones por el caso Ceballos se acumulan (9.000 euros) y como el equipo no ayuda, pues nos entra la jindama en el cuerpo. El análisis de que en "cuanto llegue el acuerdo con Hacienda y Seguridad Social..." ¿camino despejado? Pero, entre tanta euforia por quitarse de enmedio a Comas, mezclado con pasiones y sentimientos, somos conscientes de que tantos incumplimientos y engaños al Estado estos trámites necesitan de una fiabilidad económica y unos compromisos de pagos como cualquier empresa en todos los apartados.

El Decano es BIC con identidad nacional ¿y qué? No hay que confundir. Ningún privilegio obtendrá más allá de la transparencia que dictan la últimas instrucciones en materia de gestión de aplazamientos y fraccionamientos de deudas, porque nuestro querido club tiene la lupa en todos sus pasos. Sin conocimientos jurídicos de la administración pública, hablar por hablar de estos temas en tertulias y mentideros es una frivolidad y si a ello unimos disertar ex cátedra, ya está el listillo de turno para tergiversar y desconcertar a la gente.

El Recre cada jornada se desangra más, pero tiene un seguro de vida: su fiel afición en el SOS. Un equipo sin ideas y sin plan ofensivo (sólo ha marcado en 6 de 16 partidos), y con Pavón en la grada una victoria de seis envites. Cualquier día sale el rival sin portero y el Recre ni se entera. Frente al Granada B, un filial atípico (20 jugadores de 12 nacionalidades), es otro juicio para no quedar como un náufrago. Herido de muerte para salir del abismo, siendo emblema de una entidad que coquetea con el desastre.