Análisis

José Ángel González

Arar el campo recreativista

Hay que crecer desde la base, con sellos como la honradez y el esfuerzo como símbolos

El Recreativo de Huelva es un club de fútbol y debe aspirar a ser una escuela de valores. La institución deportiva más representativa de la ciudad debe salir ahora del atolladero económico en el que se encuentra; una premisa que ha de cumplirse sí o sí para seguir hablando del Decano. Pero también hay que ser consciente de que el día a día es muy importante para construir el club del mañana.

El Recre y el recreativismo deben mirar sin miedo más allá, con las limitaciones propias de ser un equipo con una afición representativa pero poco numerosa, con una gran limitación económica ante el pago de sus muchas deudas y con el límite autoimpuesto de no querer alcanzar la luna si no tenemos cohete.

En este tiempo de calma chicha, aunque alguno siga vociferando en su mundo de fantasía animada a la espera de la resolución de un juez, hay que ser conscientes de que todas las decisiones que se tomen han de servir como base del trabajo que devolverá al Recre a su normalidad. Y ahí se ha de contar con todos los que tienen talento, tanto en el fútbol como en la gestión empresarial. Los experimentos, como dijo Sergio Kresic, con gaseosa.

El Recreativo de Huelva tiene que crecer desde la base, con sellos como la honradez y el esfuerzo como símbolos. De otra manera, nada serviría. Gran parte de la afición sigue confiada en que la gestión en el club sigue en buen camino, y permanece serena y silenciosa con la confianza de que pronto llegarán buenas noticias. Pero mientras hay que intentar no crear conflictos innecesarios, armonizar al recreativismo y ser transparentes.

Todos tenemos claro que el objetivo principal es salir del coma, aunque no estaría de más ir arando el campo para poder plantar la semilla.

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