Música y baile - personas físicas

Amparo Correa: "Con un corazón flamenco, luchó por todo lo que a ella le sonaba a Huelva"

TRAS ser Medalla de Huelva a la Identidad Onubense a título póstumo, el nombre de Amparo Correa vuelve a aparecer en el mundo de la cultura de la ciudad por su nominación en el XX certamen de elección Los onubenses del año. Su humildad y su entrega como persona en todo lo que hacía y la dedicación absoluta en todo lo que emprendía son las características personales de Amparo que su padre, Manolo Correa, resalta y expone emocionado como las razones de este nominación.

"Para ella Huelva era música y desde esta perspectiva luchó por su querida ciudad, aunque tuvo poco tiempo". Peleó por el fandango, por la saeta o por realzar los coros."Amparo se entregaba a todo lo que le sonaba a Huelva".

Desde su nacimiento, estuvo ligada a la música. Fue su padre el que la inició en este mundo cuando era pequeña, ya que Manolo siempre ha vivido acompañado también por gusanillo musical, como él mismo reconoce. Entró en el conservatorio cuando tenía 16 años y la peña Flamenca fue su escuela, algo que luego ella le devolvería creando la primera escuela infantil de flamenco de la provincia, consciente de que Huelva necesitaba savia nueva para el flamenco que continuara con su tradición en la ciudad.

Desde siempre escuchó los consejos de su padre quien le aseguró que "por desgracia la mujer no tiene las cosas tan fáciles como los hombres por lo que siempre le insistí mucho en la idea de que ella tenía que salir a la calle con un título debajo del brazo". Manolo asegura que Amparo siempre mostró aptitudes para la música, además de que "toda su vida se ha caracterizado por ser valiente y trabajadora". La guitarra fue el primer instrumento que cayó en sus manos, como buena choquera, aunque la percusión siempre le llamó la atención. Muchas fueron sus creaciones, siempre con el flamenco por bandera. Entre las de más éxito, se alza el espectáculo 'Huelva, la esencia del fandango' que, bajo su dirección, encandiló al público andaluz en la última Bienal de Flamenco. Pero junto a su labor de directora nunca cesó en su empeño de contagiar a los más jóvenes de su amor por la música y por la disciplina del flamenco de la que ella una verdadera maestra. Así, muchas de las aulas de los institutos de Huelva fueron algunos de los múltiples escenerios en los que regaló su visión del falmenco a los adolescentes de la ciudad, explicando la verdadera esencia de este arte, mucho más que música y folclore para ella.

Aunque especialista en música clásica, "su corazón siempre fue flamenco y así lo demostró durante toda su vida". Así, Manolo Correa reconoce que su hija es muy querida en Huelva y recuerda que su relación con los otros dos nominados era estrecha, tanto con Manuel Carrasco como con Argentina, a la que Amparo descubrió en una clase de guitarra. "La carga de emotividad que aún rodea al nombre de mi hija es fuerte por lo reciente de su muerte, lo que puede hacer que los onubenses le den el premio, aunque el simple hecho de la nominación ya nos emociona".

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