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Argentina: "El fandango es Huelva, es mi tierra, y lo siento porque lo llevo en la sangre"

Joven y con mucho talento, la cantaora onubense Argentina está empezando a hacerse un hueco en el mundo del flamenco dentro y fuera de las fronteras de Huelva. A sus 23 años, esta artista de la tierra se encuentra al inicio de su carrera "con mucha ilusión y muchas ganas", aunque lleva ya muchos años unida al flamenco. Comenzó a bailar cuando sólo contaba con 12 años y ya mostraba sus buenas aptitudes en los concursos que se organizaban en la ciudad, pero pronto descubriría su pasión por el fandango. "Empecé bailando y una de las profesoras que tuve cantaba fandangos de Huelva. Yo llegaba a mi casa y cantaba. Más tarde, una amiga que estaba aprendiendo a tocar la guitarra, me dijo que su profesora la estaba enseñando a cantar fandangos y yo le dije que yo también quería. La profesora me escuchó y me dijo que me iba con ellos.

Hicimos un grupo de niños, 'Niños de Huelva', y grabamos un disco de villancicos y dos de fandangos. De ese grupo sacaron a cinco niñas, entre ellas yo, pero en realidad al principio yo lo veía como para en mi tiempo libre". Desde entonces no ha dejado de cantar al estilo más onubenses. Así, consciente de que su vida giraría ya en torno al flamenco, decidió completar su formación en la escuela sevillana 'Fundación Cristina Heeren', de la cual conserva muy buenos recuerdos. "Me recomendaron que me presentara al concurso para estudiar y tener buena base, pero no pude terminar el tercer trimestre porque estaba muy liada con la grabación de mi primer disco". Según sus palabras, este primer trabajo ha sido una buena toma de contacto y "ya estamos inmersos en la grabación del segundo. El primero fue bien porque la gente ya me conocía y lo compraban.".

Esperanza Fernández, José de la Tomasa o Paco Taranto han sido algunos de sus maestros de quienes ha aprendido muchos de los conocimientos que hoy pone en práctica sobre los escenarios.

Argentina reconoce que tras la grabación del primer disco, sus actuaciones comenzaron a ser más frecuentes "aunque antes ya había cantado en muchos pueblos de la provincia, de Andalucía y de fuera de la Comunidad". Se sincera cuando confirma que durante algún tiempo estuvo muy encasillada en el fandango pero, por otro lado, precisa que la seguiriya es otro de los palos que ha conocido recientemente y en el que trabaja desde hace unos años, "aunque el fandango es el fandango, es Huelva, es mi tierra".

Por la calidad de sus espectáculos, muchos son los compromisos que le esperan. El más reciente, el Teatro Falla de Cádiz, hasta donde llevará un trocito de Huelva con el fandango y su forma de interpretarlo, pero sus actuaciones tendrán que esperar, ya que, en la actualidad, dedica todo su tiempo a la grabación de su segundo disco.

"Para mi, el fandango se siente, es una queja, por lo que la interpretación, tanto de la letra como de la música, debe ser así, como enfadada, al igual que ocurre con el resto de los palos del flamenco. Con cada uno tienes que transmitir un sentimiento diferente. Cuando canto una alegría, mi actitud tiene que ser positiva o cuando canto por soleá, un estilo más hondo, más serio, yo tengo que sentirla así. Si el flamenco no se siente no es lo mismo".

Asegura que lleva el aire de Huelva "metido dentro" y que lo expulsa a través del fandango, "el cante con el que he vivido toda mi vida y que siento más que ninguno".

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