arte

La tolerancia del arte ante el horror del vacío

  • Manuel Vázquez lleva a la sala Siglo XXI del Museo de Huelva sus recientes reflexiones: 'Vivir es lo mejor'

Confiesa que el arte como medio de expresión es también el instrumento del que se vale para comprenderse "y entender lo que hay a mi alrededor". "Para sondear las profundidades", añade. "No tengo ideología y la expresión artística es el medio que ayuda a soportar con cierto interés el horror del vacío". Toda una declaración de intenciones con la que Manuel Vázquez Domínguez (Huelva, 1960) introduce al público en su nueva exposición, Vivir es lo mejor, inaugurada anoche en la sala Siglo XXI del Museo de Huelva.

No es Manuel Vázquez un artista que se prodigue en las salas para mostrar sus reflexiones. Hace cuatro años, en el mismo sitio, expuso su última individual hasta ahora, Fuera del gancho, que a su vez seguía, diez años después, a la que en 2003 le había servido, también en la Siglo XXI, para presentarse por primera vez en solitario en Huelva con Entra y cierra.

Lo que ahora saca de su estudio es una serie de trece piezas, entre acrílicos, óleos y pastel sobre lino, con las que el propio autor identifica consideraciones sobre "la manipulación de la información, sobre lo que es real y lo que es ficción", mediante elementos formales que normalmente entran en conflicto, entre la figuración y la abstracción.

En esta parada que hace en el Museo, Vázquez Domínguez revela su particular obsesión por "el espacio que está detrás del cuadro". Se detiene en ello como "territorio virgen" abierto a la admiración y la exploración, y también "como recurso para desviar la atención de lo que supuestamente es real e importante, que es la parte del cuadro que vemos". "Cuando miro el reverso del cuadro y el espacio de pared que éste ocupa, me encuentro con el silencio total", escribe al respecto sobre uno de sus lienzos, en clara desnudez pública de su inquietud.

Porque el artista onubense rompe con lo formal, provoca y expone hasta llevarlo al límite. "Trabajo sobre la identidad y la memoria", cuenta él mismo. "Pongo a convivir elementos formales que normalmente chocan entre sí. Me interesa -escribe- la tensión que se origina y el conflicto que queda por resolver. No busco posibles soluciones, busco los límites de la pintura, destruir y construir el espacio pictórico".

Las dos exposiciones anteriores de Manuel Vázquez Domínguez en la Siglo XXI fueron organizadas por la Diputación de Huelva, encargada hasta hace un año de la gestión de este espacio consagrado a la vanguardia del arte. Ahora es el propio artista onubense, profesor de arte en su propia academia y cotizado comisario en exposiciones ajenas, quien tiene encomendada la asesoría para la programación de la sala por parte de la Delegación Territorial de Cultura, Turismo y Deporte.

Por eso la delegada, Carmen Solana, aprovechó el acto público de ayer para agradecerle "su implicación personal en este proyecto, para llenar de contenido este espacio y darle la oportunidad a los creadores de exhibir su trabajo". "Es una satisfacción contar en Huelva con un espacio como éste dedicado exclusivamente al arte contemporáneo", destacó.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios