Dos jóvenes artistas y emprendedores ayamontinos, Natalia Santos y Manuel Moreno Emes, han puesto en marcha esta Navidad una nueva iniciativa en la ciudad fronteriza con la que pretenden dar a conocer y fomentar a los artistas y, en definitiva, el arte emergente, no solo local, sino también de otras ciudades y provincias como es la capital onubense, Sevilla o Córdoba, entre otras.

Y lo hacen con una novedosa fórmula, como es "transformando una vieja y céntrica oficina de Caja Madrid en una pop up Gallery o galería de arte efímera". Artespacio como han bautizado a su original proyecto, podrá visitarse "durante un breve pero muy intenso periodo de tiempo" según señalan sus promotores, concretamente hasta el próximo 3 de enero, todos los días de 11:30 a 13:30 y de 17:30 a 20:30.

En la misma muestran aproximadamente un centenar de obras casi una veintena de autores, de disciplinas artísticas tan variadas como pintura, grabado, escultura, cerámica o fotografía, entre otras.

Desde los más jóvenes Andrés Moreno, Paco Rodríguez, Javi Cástulo, Juan Galán y Malia León con sus impactantes fotografías, todos de Ayamonte, o las integrantes de Caja de Imágenes de Sevilla; pasando por "emergentes consagrados", expresión que puede parecer contradictoria pero que encarnan a la perfección los ayamontinos Emes, Dani Franco y Laura Rodríguez, o el onubense Pedro Rodríguez con sus innovaciones desde el Conquero; a la personalidad hecha arte de la artista local Manuela del Cerro, del sevillano Wenceslao Robles con sus grabados y de la cordobesa Isabel Membrives con sus magníficas ilustraciones.

Los promotores de la idea han querido contar también con la constante evolución creativa del colorista Ángel Cabel (Ayamonte), y con la solera y referencia en el color y la sencillez del también fronterizo Ángel D'Esury, "contrapunto que equilibra esa emergencia y que nos hace recordar el arte más clásico del que han bebido algunos de estos artistas contemporáneos".

Artespacio se presenta como una "vía de escape cultural, un soplo de aire fresco y renovado que tiene como principal objetivo mostrar el trabajo de artistas emergentes que pisan fuerte con un trabajo serio y reflexivo", y nace con la intención de "convertirse en una iniciativa de arte nómada, concentrando el interés en un breve pero más intenso período de tiempo".

Por otra parte esta novedosa actividad cultural "surge en un sitio insospechado", como en este caso una antigua oficina de Caja Madrid, y como podría ser en futuras ocasiones "un convento, una gasolinera o un comedor" afirma Manuel Moreno Emes. Y es que "el formato pop up permite elegir los espacios según las necesidades de cada actividad". En este caso, prosiguen, el lugar elegido "se adecua perfectamente con la idea del proyecto". Y es que "el espacio en sí nos aporta contemporaneidad, frescura y un cierto carácter urbano, y por tanto también forma parte de la esencia del proyecto: cogemos un lugar determinado que antes había sido otra cosa, y lo modificamos expresamente para instalar en él una galería de arte efímera".

Las muestras pop up deben su nombre a las ventanas que se abren y cierran de las webs, y surgen como una solución más por seguir apoyando y creando cultura, evitando en la medida de lo posible burocracia y fuertes compromisos económicos que acaban por ahogar a un sector que está especialmente dañado, y que gracias al trabajo de profesionales comprometidos y a la labor de patrocinio pueden salir adelante.

Según aseguran sus promotores, el proyecto de comisariado llevado a cabo "ha sido riguroso y estudiado al milímetro, puesto que en este primer paso por crear espacios culturales alternativos en Ayamonte, tenían que estar presente artistas que se ajustaran a las concepciones de este proyecto".

En definitiva, concluyen, este proyecto "ofrece en un solo espacio diferentes maneras de concebir el arte más actual: pintores, escultores, fotógrafos, jóvenes artistas inquietos e inconformistas que trabajan defendiendo su estilo propio con el lenguaje más puro y directo como son sus propias obras de arte".