La Administración garantiza que los empresarios agrícolas de la provincia de Huelva contarán con el personal necesario para poder desarrollar con normalidad la primera fase (la plantación) de la campaña de frutos rojos, que comienza a primeros de octubre, y para ello hay que admitir que se pueda echar mano de la contratación en origen, a pesar de que la situación laboral en la provincia (donde ya se han superado los 40.000 parados) llevó en un principio a descartar esta posibilidad, que ahora se vuelve a admitir ante la falta de una respuesta masiva del colectivo de desempleados para acudir a trabajar en el campo.

Se necesitan mil trabajadores que estén dispuestos a participar en la plantación de fresas y frambuesas fundamentalmente -que cada año da empleo a unos 11.100 jornaleros- y no parece que sea fácil conseguirlos de las listas del paro. Fundamentalmente, porque este mecanismo prácticamente ya se ha agotado después del desarrollo de las jornadas de intermediación que, impulsadas por la Delegación Provincial de Empleo, se han llevAdo a cabo durante toda la semana pasada en diferentes puntos de la provincia para poner en contacto a demandantes de empleo y empleadores. A lo largo de cinco días se realizaron algo más de tres mil entrevistas, aunque la llamada llegó a 13.600 personas (incluidas en el sistema de Gestión de Empleo Agrario, cuya inscripción es voluntaria está abierta tanto a desempleados como a ocupados que muestren predisposición por trabajar en las campañas agrícolas, así como en el Régimen Especial Agrario).

El proceso culminó el viernes pasado con el compromiso de contratación para 1.500 personas. Es decir, que la mitad de los que decidieron acudir finalmente a la cita con los empresarios se ha quedado en el camino. Bien porque ya contaban con otro compromiso de trabajo (gran parte de ellos, según apuntó ayer la delegada provincial de Empleo, María José García Prat), bien porque rechazaron la oferta, al considerar que no cumplía con sus expectativas (se ofrece una media de 40 euros para unas veinte peonadas, lo que se traduce en unos ingresos medios mensuales de 800 euros), o bien porque el rechazo llegó a través del empresario, que entendió que el candidato no cumplía los requisitos (desde la patronal se defiende que es básico que el candidato conozca el campo -y, por tanto, demuestre algún tipo de experiencia- y que cuente con un buen estado de salud o no esté en período de gestación, en el caso de las mujeres).

Restan poco más de dos semanas para el inicio de la campaña y tras dejar la puerta abierta a la contratación en origen los empresarios respiran y confían en que contarán con el personal necesario. Entienden que "era lo lógico" después de haber priorizado el empleo entre locales. No será hasta final de mes cuando se abra esa posibilidad, en el transcurso de una reunión en la que estén presentes las administraciones, los empresarios y los sindicatos.

La inmediatez en el comienzo de la época de siembra tampoco les preocupa porque defienden que el cupo de extranjeros llegará del colectivo de repetidores, polacos y rumanos, fundamentalmente, que pueden incorporarse en las plantaciones en unos días, si bien desde la Junta también se deja abierta la puerta a los agricultores para que a partir de ahora acudan a las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo para realizar directamente la petición de la mano de obra concreta que precisan.