La intención de implantar peajes en las autovías de Portugal no es nueva. En 2004, el gobierno luso lo intentó, pero se topó con el rotundo rechazo de los empresarios y resto de usuarios.

Fue un 12 de noviembre cuando los miembros de las diferentes asociaciones empresariales de Villa Real de San Antonio y pueblos cercanos iniciaban su particular comitiva. Medio centenar de vehículos, adornados con silenciosas, pero llamativas, pegatinas informativas y haciéndose notar con sus estridentes claxon, comenzaron a dirigirse por la Nacional 125 hacia el pueblo de Guia, cerca de Faro, lugar elegido para celebrar allí una gran concentración. Fue una de tantas, que finalmente logró que el Gobierno  diera marcha atrás, aunque el tiempo ha demostrado que no definitivamente.