Recreativo | villarreal · Frente a Frente90 minutos jugados 902 asistencias 11/2 tiros a puerta 1/3109 Balones perdidos 6

Lo mejor de la huerta

  • El marfileño Akalé se destapa con una destacada actuación en el Recreativo, que tuvo enfrente a un viejo ídolo local, Cazorla, autor del primer gol del Villarreal

En tiempos de vacas flacas, en los que las victorias y los goles se resisten, y enfrente hay rivales capaces de llevarse los puntos con el mínimo esfuerzo, cualquier detalle positivo en el Recreativo es para considerarlo y alabarlo.

La derrota de ayer con el Villarreal no cambia nada entre los albiazules y en su maltrecho trayecto liguero de la temporada, aunque el hecho de que destaque otro futbolista distinto, como Kanga Akalé, en una plantilla llena de carencias siempre es un motivo para la esperanza en el futuro del equipo en la competición.

El futbolista marfileño fue ayer, probablemente, el más destacado entre los albiazules; al menos el más regular, con una actuación que hasta el momento no había tenido, y con la que ha demostrado que tiene sitio en el once a menos que mantenga esta línea.

No fue el suyo un partido portentoso. Que nadie se lleve a engaño. Pero al menos si consiguió sobresalir entre la mediocridad, tratando de tomar la inciativa, inventando y aportando detalles en un entorno grisáceo.

Con un panorama sombrío como el recreativista se echan en falta jugadores con chispa; de la efectiva, de la que prende fuego y es capaz de provocar algo en un ataque cada vez más devaluado. Las otras chispas, esas que provocan exclamaciones de admiración y algunos aplausos en la grada se quedan en meros fuegos de artificio, tan inofensivos como una bola de papel.

Akalé puso velocidad, fuerza y empuje por momentos, y ayudó a dar verticalidad a un equipo que se pierde por el camino en más de un momento. Este Recre necesita de desparpajo en la banda -desparpajo efectivo, se entiende- y el marfileño mostró ayer parte de su capacidad para ello, que irá ganando determinación y profusión conforme su confianza vaya en aumento con más titularidades. La de ayer fue la segunda consecutiva, y a juzgar por su actuación de ayer, puede que repetirá en los próximos compromisos.

Uno que se ganó el puesto a base de bien en el Decano fue Santi Cazorla. Quien le ha visto y quién le ve. Llegó a Huelva siendo prácticamente un crío, y ayer volvió a su Nuevo Colombino hecho un internacional, impresicindible en su equipo y con dotes de mando entre un grupo lleno de nombres con mayúsculas.

Una de las bandas recreativistas fue suya hace dos años. El Villarreal se dio cuenta de su error a tiempo y le repescó para beneficiarse de todas aquellas bondades que demostró de albiazul.

Cazorla es el mismo de antes. No lo vamos a descubrir. Pero con sus habilidades multiplicadas y un mayor peso sobre el terreno de juego, que también diferencia a los grandes de los mediocres.

Su trabajo, su fe arrolladora en su juego y su innegable habilidad le han hecho ganarse respeto y admiración en la categoría y en su propio equipo.

Como muestra, el botón de su decisiva aportación en el primer tanto de su equipo ayer; amarga alegría en el Nuevo Colombino, su cuna en el fútbol de la elite.

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