Durante cientos de años han protegido a los marineros e iluminado la noche entre los arrecifes. Hoy su utilidad es relativa y, desde luego, ya no requieren la presencia constante del farero y su atenta mirada. Pero estos singulares edificios son curiosos monumentos que se enfrentan al viento y al mar donde, además, se puede disfrutar de las mejores vistas. De hecho, algunos de ellos se han convertido en monumentos históricos cuya belleza continúa deslumbrándonos. Y, en algunos casos, se han reconvertido en originales alojamientos en los que buscar la soledad y el espectáculo.

Europa está poblada por cientos de estos faros. Los usuarios del buscador de vuelos y hoteles www.jetcost.es, en esta ocasión, han elegido los 20 más impresionantes del Viejo Continente, y el Faro de Chipiona, en Cádiz, han sido unos de ellos. Además, han sido seleccionados El Faro de Cabo de Gata, en Almería, la Torre de Hércules, en La Coruña, el Faro de Cabo de Formentor, en Mallorca y el Faro de Maspalomas, en Gran Canaria.

En el caso del Faro de Chipiona, nos encontramos ante el más alto de España, con 69 metros de altura desde la base, y uno de los diez más elevados del mundo. Curiosamente, se trata de uno de los pocos faros aeromarítimos que proyecta una luz horizontal y otra vertical, sirviendo de guía a embarcaciones y aviones. A sus pies se unen las aguas del Guadalquivir y las del Atlántico. Se puede subir hasta la claraboya, aunque hay que superar 244 escalones. Desde 2018 se celebra la Carrera Vertical Faro de Chipiona, en la que suelen participar casi 200 personas. La carrera empieza con 50 metros lisos, subida y bajada a lo alto del faro (688 escalones en total), tras haber tocado la campana en el mirador, y 450 metros lisos al final.