La petición de mano de obra lanzada por la patronal agraria para la recolección de la fresa provocó esta semana que centenares de personas en paro, españoles y foráneos, acudiesen en masa a los campos en busca de empleo, pero en apenas 48 horas las plazas quedaron cubiertas. La llamada a la calma desde las administraciones se hizo necesaria ante el temor a posibles brotes de xenofobia.
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