LAS cifras son alarmantes y, lo que es peor, cualquier solución entraña medidas traumáticas que el Ayuntamiento no parece dispuesto a adoptar. Un ejemplo descrito en Huelva Información: Emtusa, la empresa municipal de transportes de la capital, deberá recibir este año 8 millones de euros del Consistorio para sobrevivir. Y a esa cantidad hay que sumar otros 12 millones que le adeuda de ejercicios anteriores. El servicio de autobuses de la ciudad, como ocurre en tantas otras, es claramente deficitario y la recaudación por la venta de billetes y bonobuses no da para cubrir ni la mitad de las nóminas. En 2010, los sueldos de los 167 trabajadores de Emtusa se elevarán a 9,1 millones de euros, incluidas las cotizaciones a la Seguridad Social, aportaciones a planes de pensiones y gastos sociales. Dicha cifra convierte en ridículo el capítulo de inversiones -28.000 euros-, que no es otro que el dinero con el que la empresa puede mejorar el servicio. ¿Cuál es la consecuencia? Pues que mientras que la flota de autobuses no se renueve con nuevos y mejores vehículos, el número de usuarios seguirá cayendo y, con ello, los ingresos. Un dato: entre 2007 y 2008 -últimos ejercicios con balances conocidos- el número de pasajeros pasó de 9 millones a 8 millones. ¿Tienen de ello culpa los trabajadores? Evidentemente, no, porque únicamente han aprovechado la proverbial incapacidad del gobierno local para frenar los costes derivados del mantenimiento de su propia plantilla y de las empresas municipales. El problema es generalizado en todas las áreas del Ayuntamiento: de los 227 millones de euros presupuestados para 2010, 100 irán destinados al capítulo de personal, el 44% del total. No es razonable ni sostenible. La deuda reconocida es, recordemos, de 280 millones de euros. ¿Soluciones? En año preelectoral, podemos prever que la situación permanecerá inamovible. La paz social con los sindicatos está garantizada, pero queda por dar respuesta a los centenares de proveedores que aguardan el pago de sus servicios. Se echa en falta valentía y audacia por parte del Ayuntamiento, aunque las otras administraciones -Junta de Andalucía y Gobierno de España- no han saldado ni de lejos su deuda con las corporaciones locales.