SAÚL FERNÁNDEZ / Teniente De Alcalde De Economía

Gestión con resultados

LA maltrecha situación económica de los ayuntamientos, un mal endémico provocado por un insuficiente e injusto sistema de financiación que arrastramos desde el comienzo de la democracia, se vio tocada y casi hundida a partir de 2010, debido a los efectos de la crisis financiera más importante desde la Gran Depresión.

Como ocurre en todo, la peor parte se la llevan los más débiles, que en el ámbito institucional han sido y son los ayuntamientos. Lamentablemente asistimos aquel año a la bancarrota de muchos municipios, en torno a un 30% se declararon en suspensión de pagos, y otros muchos tuvieron que aplicar expedientes de regulación de empleo en sus plantillas, no pudieron pagar a sus empleados o dejaron de prestar servicios esenciales.

En el caso de Huelva, aunque el descenso de nuestros ingresos fiscales y el parón de la construcción afectaron de manera severa a las arcas municipales, no nos vimos en ninguno de estos supuestos. Y ello, a pesar del interés de los partidos de la oposición de convertir la hacienda municipal en un objeto de preocupación ciudadana con una ligera e irresponsable visión catastrofista, aprovechando una coyuntura estandarizada en el país para fines partidistas. En aquellos años duros, y todavía hoy, echamos en falta su complicidad, el sentido de responsabilidad necesario ante asuntos de interés general.

Está claro que desde la última legislatura ya nada ha vuelto a ser como antes y, muchos menos, en las corporaciones locales. La estabilidad presupuestaria exigida por Europa al Gobierno de España se trasladó también a los ayuntamientos y se impusieron limitaciones a nuestra deuda. El nuevo marco económico y jurídico nos obligó a replantear nuestra hacienda y desde 2011 asumimos importantes medidas de restricción. Una respuesta defensiva para no ahogarnos en la marea de estragos que vaticinaban los gurús de la economía.

En el año 2012 el Ayuntamiento ya era el primero de Andalucía en aprobar un presupuesto en el marco de estabilidad presupuestaria, que incluía un Plan Económico y Financiero de Reequilibrio y la solicitud de un crédito al ICO para el pago a proveedores, que acabaría en un Plan de Ajuste para poner a cero la deuda comercial.

En estos dos últimos años ha habido una hoja de ruta en la economía local, que hemos cumplido al pie de la letra. Gracias a ello, ahora las perspectivas del Consistorio son otras y con un atisbo de crecimiento esperanzador.

El avance de la liquidación de 2014 constata que el ahorro anual acumulado en 2014 es de 14.486.910 euros. Un superávit que hemos alcanzado al incrementar en un 8,26% los ingresos corrientes con una recaudación de 132,92 millones, y al reducir en un 6,34% los gastos corrientes, alcanzando sólo los 128,11 millones, frente a los 144,59 que se recogían en el presupuesto.

A estas alturas el Plan de Ajuste preveía un ahorro bruto negativo de -3,87 millones, sin embargo nos hemos adelantado con un saldo positivo de 15,78 millones de euros. Este ahorro convierte nuestra capacidad de financiación en positiva, alcanzando los 12,21 millones de euros y superando con creces el objetivo programado de -19,02 millones de euros. Igualmente, rompemos la previsión negativa de -25,56 millones referente al remanente de tesorería, que, por primera vez desde 1999 es una cifra positiva con 11,76 millones.

Otro de los grandes logros afecta al periodo medio de pago a proveedores, que se sitúa a día 31 de diciembre de 2014, en 21,7 días.

Las cifras, aunque son realmente positivas, pueden inducir a pensar que es el resultado de una subida de impuestos y de una reducción de servicios, pero nada más lejos de la realidad. Ha sido gracias a una nueva forma de hacer política, con una gestión eficaz y eficiente.

Para ello hemos acordado con los trabajadores municipales, en aras a mantener la estabilidad de los puestos de trabajo, prescindir de algunas mejoras que contemplaba el Reglamento/Convenio; hemos incrementado la inspección y mejorado la recaudación; buscado nuevas vías de ingresos; aplicado estrategias en la gestión con menores costes; renegociado a la baja los grandes contratos municipales, consiguiendo además nuevas prestaciones; suprimido casi todos los alquileres; en suma, nos hemos reinventado para hacer más con menos, y lo hemos conseguido.

El esfuerzo de todos ha sido proporcional a la dificultad que se nos presentaba. Y tendrá que seguir siéndolo, porque aunque ya cosechamos logros, no podemos relajarnos en el rigor de la ejecución de nuestros planes. El objetivo en sí no es cumplir los planes aprobados, sino conseguir que el Ayuntamiento disponga de una economía que le permita afrontar los retos de futuro para seguir transformando nuestra Huelva como lo hemos hecho en los últimos veinte años.

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