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Veinte años de rescates

  • La ONG Bomberos Unidos sin Fronteras celebra su vigésimo aniversario con una conferencia y una exposición que tienen lugar en Rociana del Condado

La teoría de la relatividad descrita por Albert Einstein en 1905 es de suma complejidad para cualquier mente poco diestra en el mundo de las matemáticas. Sin embargo, cualquier humano es capaz de alcanzar a comprender, a través de los ojos de un bombero, la capital importancia que esta magnitud física cobra durante un rescate en los que escasos segundos pueden enjuiciar el destino de una persona. Esa responsabilidad es el peso más difícil de soportar bajo los hombros de estos profesionales. Así lo reconocieron en la charla que la ONG Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF) impartió en la Sociedad Cultural Casino de Rociana para glosar sus dos décadas de existencia.

Una persona atrapada entre los escombros que ha tenido la suerte de no sufrir daños en sus órganos vitales puede aguantar con vida entre 48 y 72 horas sin injerir ningún tipo de líquido. Por eso el tiempo cobra tal relevancia. Antonio Nogales, responsable del grupo de intervención y vicepresidente primero de la ONG, indica que cuando acudes a colaborar en una campaña de salvamento "somos capaces de trabajar sin descanso 24 horas. Simplemente no puedes conciliar el sueño sabiendo que la vida de alguien pende de que te mantengas despierto y activo".

Una filosofía de trabajo que durante los últimos cuatro lustros han armado una institución que no sólo ha salvado centenares de vida entre los estertores de las grandes catástrofes medioambientales, sino que han sentado las bases para salvar otras centenares. Para ello han formado a compañeros en Sudamérica para dar una respuesta global a las necesidades más imperiosas de las sociedades azotadas por el infortunio.

BUSF nació en Huelva y hoy está integrada por bomberos del Ayuntamiento de la capital y del Consorcio Provincial. En total, 32 compañeros de un total de 120 repartidos por toda España que está preparados para brindar una respuesta global en menos de ocho horas y partir desde Madrid en dirección a cualquier punto del mundo.

Esta singladura arrancó en 1996 con el objetivo de ser una primera respuesta en catástrofes naturales y para el desarrollo de los cuerpos de bomberos en Iberoamérica mediante la formación y la donación de medios materiales. Nogales explica que las primeras horas durante un terremoto son esenciales para encontrar supervivientes. Así percibieron la necesidad de formar a unidades de intervención en los países de origen que sufren estas catástrofes naturales al objeto de que puedan abordar las primeras tareas de desescombro y estabilización médica.

Pero el terremoto de Pakistán (2005) representó un punto de inflexión en la organización. La unidad de acción de los bomberos y su coetánea canina se vieron insuficientes para atender las necesidades de una catástrofe que se cobró la vida de 75.000 personas. "En aquel entonces teníamos formación sanitaria a nivel básico, esencialmente para estabilizar a los enfermos rescatados, no así para limpiar heridas o poner yesos". Sus manos eran igualmente necesarias en esta tarea. Fue un baño de realidad que los empujó a "ser polivalentes", no sólo en materia de recate sino en las necesidades médicas más imperiosas. De ahí que el siguiente paso fuese constituir una unidad médica de apoyo que cubriera las necesidades sanitarias que generan las catástrofes naturales.

El otro gran paso, tal como explicó Nogales, fue garantizar un suministro básico como el agua. Al igual que otros compañeros, él entendía que no era tarea de lo bomberos trabajar en construir sistemas permanentes de agua potable. El razonamiento tenía su lógica: consumían tiempo y recursos humanos que debían de ser destinados a otras tareas más imperiosas". Pero nada más lejos de la realidad. "En el Amazonas cerca de siete niños fallecían diariamente por causas relacionadas con la falta de agua potabilizada". Eso les hizo replantearse muchas prioridades, incluyendo en sus programas los protocolos para garantizar los suministros básicos para la población.

Todas estas mejoras han llevado a BUSF a ser una de las ONG onubenses más importantes. Una fuerza de acción que salva vidas de forma directa gracias a la participación de estos profesionales que de forma desinteresada han prestado apoyo en 35 países y tres continentes, llevando sus manos y conocimientos en su intento de mitigar la parte más apocalíptica de las fuerzas de la naturaleza.

Durante la charla, el presidente de la Sociedad Cultural, José Antonio Cabrera, destacó que ellos son los héroes de nuestro siglo que, en ocasiones, permanecen huérfanos de reconocimiento a nivel mediático pero que contribuyen a que su "generosidad nos defina como una sociedad moderna". En este sentido añadió que su ejemplo sirve para engrandecer la labor humanitaria, por lo que entidades como el Casino tienen que aportar su granito de arena para hacer de altavoz de su desinteresado compromiso con el prójimo.

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