Vivir en Huelva

Cigalas: Nephrops norvegicus

Apesar de lo que opinen otras personas, para mí, es el marisco más rico, en todos sus aspectos, de los que se consumen en nuestra provincia de Huelva.

Aún recuerdo con deleite, en mi infancia, cuando bajábamos de la Mina a Huelva o a Punta Umbría y mi padre nos llevaba a comer unas cigalas a La esquinita te espero en Huelva o al Tercio en Punta Umbría.

Costumbre familiar que aún perdura cuando hay que celebrar algo o simplemente "darse un merecido homenaje", como decimos en mi pueblo.

Se trata de un crustáceo decápodo (que tiene diez patas) de mediano a grande con los tegumentos bien calcificados, con el caparazón recubierto de pilosidades y espinas dispuestas longitudinalmente.

El rostro es alargado, delgado y curvado hacia arriba, con tres espinas en los laterales y dos dientes en la base, los ojos se sitúan en el primer par de apéndices cefálicos, tienen un pedúnculo y son móviles, presenta cuatro "patas", las primeras muy pequeñas y las segundas grandes alargadas.

Tiene diez patas, de las cuales las primeras muy desarrolladas, prensiles, son lo que vulgarmente se conocen como pinzas, que es con lo que capturan sus presas y las trituran. Su color es naranja con bandas anaranjada-rojizas en las pinzas y en la parte anterior del cefalotórax; su talla puede llegar a algo más de un palmo, siendo los machos de mayor envergadura que las hembras.

Su hábitat es bentónico de fondos arenosos o fangosos que necesita para poder enterrase entre los veinte metros a los ochocientos, aunque es más frecuente entre los trescientos a los cuatrocientos. No nada, se desplaza caminando por el fondo marino, y dado el tipo de fondo que necesita suele formar colonias.

Se alimenta de pececillos, poliquetos, crustáceos, moluscos y en menor cantidad briosos, foraminíferos, etc.

Su reproducción es muy importante, por la apreciación de sus huevas, las gónadas de las hembras maduran de enero a marzo, se reproducen en primavera y las incuban las hembras, que las transportan en su abdomen un tiempo variable (unos seis meses) sufriendo varios estadios de maduración que influyen en el tamaño, color y forma de los huevos. Las cigalas más apreciadas son las aovadas de color rojo.

Se capturan mediante arrastre y enmalle, y sufren una gran presión debido a su gran demanda y al alto precio que alcanzan en el mercado por lo que suelen tener de vez en cuando épocas de veda o parada biológica para que se regeneren los caladeros.

Su carne es muy apreciada y se comercializa tanto en fresco, como refrigerada o congelada cuando proceden de otros caladeros generalmente africanos, así como despiezada, colitas (peladas o no) y también las encontramos cocidas o semicocidas para su consumo en precocinados o quinta gama.

Una característica de su comercialización es que en el mercado las quieren totalmente sin defectos por rotura, estas cigalitas que llamamos chihuatas, bajan sensiblemente de precio, si es que llegan al mercado. Generalmente son pocas y quedan para el consumo de las tripulaciones de los barcos y sus familias.

Hay una especie semejante, la cigalita Upogebia pusilla, semejante, de menor talla, más verdosa y con una carne algo inferior en calidad.

Su consumo es:

-Cocida.

-A la plancha.

-En arroces: arroz de marisco.

-Pastas: fetuccini a frutti di mare.

-Calderetas de mariscos: caldereta de rape y cigalas chihuatas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios